Al este de Indonesia se estremeció la tierra este domingo. Un fuerte terremoto de magnitud 7,3 sacudió las islas Molucas, sin información sobre daños o víctimas ni decreto de una alerta de tsunami. El sismo se produjo a las 18:28 hora local (09.28 GMT), a unos 165 km al sur-sudoeste de la ciudad de Ternate y a una profundidad de 10 km, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
El terremoto fue muy fuerte, y lanzó a la gente fuera de sus casas, muchos entraron en pánico y esperan en la calle, según la agencia de gestión de catastrofes. Las autoridades evalúan la situación y no había información sobre eventuales víctimas o daños, en las primeras horas del sismo. Indonesia, archipiélago de 17.000 islas e islotes que se formó por la convergencia de tres grandes placas tectónicas.
“La electricidad se cortó durante el sismo pero luego fue restablecida”, declaró Ihsan Subur, un responsable local de la agencia de gestión de catástrofes, al canal Metro TV. Al menos siete réplicas se registraron tras el terremoto. La región de las Molucas fue sacudida por varios terremotos violentos en las últimas semanas, uno de magnitud 6,9 la semana pasada, y otro de 7,3 a finales de junio, sin daños importantes.
Las indo- pacíficia, australiana y euroasiática son las placas que se encuentran en el cinturón de fuego del Pacífico, zona de fuerte actividad sísmica. El año pasado, un sismo de 7,5 seguido de un tsunami en Palu en la isla de Celebés, dejó más de 2.200 muertos y miles de desaparecidos. Un sofisticado sistema de advertencia de maremoto fue implementado en toda la región del Pacífico.
Después del desastre de 2004, se instaló esos dispositivos, pero no funcionaron en 2018. Aún no está claro por qué. Parte de la red que compete a Indonesia se ha visto perjudicada por falta de fondos. A eso se le suma la precariedad en el sistema sanitario. Muchos heridos del terremoto del año pasado fueron atendidos en la intemperie y con elementos rudimentarios.
El 26 de diciembre de 2004, un violento terremoto de magnitud 9,1 azotó la provincia de Aceh, en el extremo oeste del archipiélago indonesio, y provocó un tsunami en todo el Pacífico, que dejó más de 170.000 muertos. Los indonesios tienen el recuerdo muy fresco de aquel terremoto y su gran devastación. Por eso tratan de huir hacia zonas altas cuando sienten un nuevo temblor, por el terror a un maremoto.
El terremoto de magnitud 6,5 en 2016, que se produjo en la provincia de Aceh, dejó edificios dañados o destruidos 11.730, incluidos 2.929 gravemente dañados (hasta la destrucción completa), según informó la prensa tras el temblor. Indonesia se asienta en el Anillo del Fuego del Pacífico y en esta zona se registran anualmente entre 6.000 y 7.000 temblores de magnitud superior a 4,0.
