INTERNACIONALES

Las víctimas chilenas de abuso clerical le pidieron acciones concretas al papa

Desde la izquierda: Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, víctimas en su juventud de los abusos de un sacerdote pedófilo chileno.
Desde la izquierda: Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, víctimas en su juventud de los abusos de un sacerdote pedófilo chileno.

El domingo, el papa Francisco se reunió en privado con Juan Carlos Cruz, víctima de abuso sexual, y lo primero que dijo fue: “Juan Carlos, quiero pedir perdón por lo que te sucedió, como el papa, y también a nombre de la Iglesia universal”.

Lo segundo que dijo, según Cruz contó el miércoles, fue: “Yo era parte del problema, y es por eso que te pido disculpas”.

“Para mí, eso fue muy revelador”, dijo Cruz, pues comentó que Francisco le “había llamado mentiroso y se disculpó por eso”.

Cruz se unió a James Hamilton y José Andrés Murillo —quienes en su juventud también fueron víctimas de los abusos de Fernando Karadima, un sacerdote pedófilo chileno— para ofrecer una conferencia de prensa en Roma, el miércoles, con el fin de hablar sobre su intensa y emotiva estancia como invitados del papa en el Vaticano, la semana pasada.

“Nunca he visto a nadie tan arrepentido”, dijo Cruz sobre la actitud del pontífice. Los tres hombres expresaron su gratitud por el encuentro, sin embargo, todos instaron al papa a transformar “sus cariñosas palabras” de perdón en “acciones ejemplares y ejemplificadoras” para terminar con los abusos sexuales y el encubrimiento de estos por parte de la Iglesia Católica Romana.

“De lo contrario, todo esto será en vano”, dijeron en una declaración conjunta que describió el abuso sexual clerical como “una epidemia que ha destruido miles de vidas”. Los tres declarantes dijeron que esperaban hablar en nombre de las víctimas de abuso en todo el mundo.

Los críticos del pontífice dicen que Francisco ha tenido una conducta irregular sobre el abuso: es grandilocuente en sus declaraciones, afirman, pero es débil en el seguimiento.

En 2011, un tribunal del Vaticano encontró culpable de abusar sexualmente de menores al padre Fernando Karadima, uno de los líderes espirituales más conocidos de Chile, y lo sentenció a una vida de oración y penitencia.  Sus víctimas dicen que la Iglesia chilena y el Vaticano se tardaron en actuar, pues afirman que hubo testigos y los abusos cometidos por el padre Karadima y otros eclesiásticos se encubrieron durante años.

Por ejemplo, el papa Francisco defendió en su visita a Chile en enero con vehemencia al obispo Juan Barros —quien fue testigo de los abusos del padre Karadima, de acuerdo con las víctimas— y acusó a sus críticos de “calumniadores”.

Todo eso cambió después de que Francisco recibió un informe de 2300 páginas sobre la situación chilena. En una carta, el papa admitió el mes pasado que había cometido “graves equivocaciones” en el manejo de la crisis de abuso sexual en Chile y se disculpó públicamente.

Además, invitó a Cruz, Hamilton y Murillo a quedarse en la Residencia Santa Marta, en Ciudad del Vaticano, para poder hablar con ellos individualmente y pedirles perdón. Los tres hombres son de las víctimas que han hablado más abiertamente sobre los abusos del padre Karadima, quien cuenta entre sus discípulos a obispos y sacerdotes.

“Durante casi diez años hemos sido tratados como enemigos porque luchamos en contra del abuso sexual y el encubrimiento en la Iglesia”, dijeron los tres hombres en un comunicado, el miércoles. “Estos días conocimos un rostro amigable de la Iglesia, totalmente distinto al que conocimos antes”.

Cruz dijo que creía que Francisco estaba mal informado sobre el caso del obispo Barros. “Lo peor ahí es”, dijo, “¿quiénes informan mal al papa?”.

Cruz explicó que no había presionado al pontífice sobre “lo que sabía y lo que no sabía”, pero contó que nombró a clérigos que sabían “que Karadima tocó y abusó de menores”, y le dijo a Francisco sobre “la toxicidad” de los clérigos chilenos que lo habían “engañado”.

“Hablamos con gran detalle y con gran dolor”, dijo Cruz, “y fue muy fuerte. Y el papa fue increíblemente receptivo”.

Los tres hombres dijeron que no le habían formulado demandas específicas a Francisco: “Nosotros no somos personas que le dan un ultimátum al papa”, comentó Cruz, y dijo que tenían claro que la pelota estaba en la cancha del pontífice.

“Nuestro único triunfo es haberle dicho al líder de la Iglesia, al papa, que hay una crisis y que se debe hacer algo concreto”, dijo Murillo. La Iglesia, dijo, “debe volver a ser un campeón de los maltratados, no un refugio para los abusadores”.

Hamilton comentó que la verdad sobre quién supo lo que pasaba en Chile probablemente nunca se revelará, pero también dijo que el papa estaba “realmente bien informado”; Hamilton añadió que estaba dispuesto a darle a Francisco el beneficio de la duda y esperar un cambio.

Hamilton comentó que se sintió alentado cuando el papa le dijo que “ahora no hay vuelta atrás en este camino”.

El papa Francisco se reunirá este mes en Roma con los obispos chilenos.

“Necesitamos acciones concretas”, dijo Murillo. “Eso es lo que yo estoy esperando”.

 

 

Fuente: New York Times



MÁS DE INTERNACIONALES