El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, indultó el miércoles a 73 personas, incluyendo a su exconsejero Steve Bannon y al rapero Lil Wayne, anunció la Casa Blanca, poco antes del fin de sus funciones.
“El presidente Donald J. Trump concedió indultos a 73 personas y conmutó las sentencias de otras 70 personas”, dijo la Casa Blanca en un comunicado.
Además de Bannon y Lil Wayne, entre los perdonados está el también rapero Kodak Black, el antiguo director financiero de la Organización Trump, Elliott Broidy (ex recaudador de fondos para Trump), y el ex alcalde de Detroit Kwame Kilpatrick, quien en 2008 se declaró culpable de obstrucción a la justicia como parte de un acuerdo de culpabilidad en una investigación en la que él y su padre habían aceptado sobornos a cambio de contratos públicos.
El presidente y sus hijos no estaban en la lista, como se rumoreaba en posibles perdones “preventivos”.
Bannon recibió el indulto por haber sido acusado de defraudar a personas por los fondos recaudados para construir el muro fronterizo de México, que era una política emblemática de Trump.
“El señor Bannon ha sido un líder importante en el movimiento conservador y es conocido por su perspicacia política”, agregó el comunicado. Los medios estadounidenses informaron anteriormente que el presidente tomó su decisión de último minuto después de hablar con Bannon por teléfono. Normalmente, se considera que los beneficiarios del perdón presidencial son personas que se han enfrentado a la justicia y han pasado al menos algún tiempo en prisión. El concedido a su exjefe de estrategia anula el proceso y elimina de facto cualquier posible castigo.
Por su parte, Lil Wayne se declaró culpable de posesión de un arma de fuego y municiones por un delincuente convicto y enfrentó 10 años de cárcel.
Elliott Broidy.
La orden de último minuto, anunciada en la madrugada del miércoles, sigue a otras oleadas de indultos concedidos en el último mes a colaboradores de Trump condenados en la investigación del FBI sobre Rusia, así como el padre de su yerno. En conjunto, estas acciones ponen de manifiesto la disposición del mandatario, durante sus cuatro años en la Casa Blanca, a emplear sus poderes constitucionales de forma que desafíen las convenciones y ayuden explícitamente a sus amigos y seguidores.
El indulto no es revisable por otros poderes de la Administración y el presidente no tiene que dar una razón para concederlo. Sin embargo, la facultad de indulto no es absoluta; solo se aplica a los delitos federales.
La última lista está repleta de candidatos más convencionales a este tipo de medidas y cuyos casos habían sido defendidos por activistas. A un hombre que ha pasado casi 24 años en la cárcel por cargos de drogas y armas, pero que había mostrado un comportamiento ejemplar, se le conmutó la pena, igual que a un exmarine sentenciado en 2000 con una condena por cocaína.
Pero los nombres de los aliados de Trump destacaban entre los demás.
Aunque otros presidentes han emitido indultos polémicos al final de sus mandatos, quizás ningún otro comandante en jefe haya disfrutado tanto de emplear su poder de clemencia para beneficiar no solo a amigos o conocidos, sino también a celebridades y a otros apadrinados por sus aliados.
El cofundador de Death Row Records, Michael Harris, y el marchante de arte y coleccionista de Nueva York Hillel Nahmad. también fueron indultados, así como Paul Erickson, el agente político conservador y expareja de la presunta espía rusa Maria Butina, quien se declaró culpable de cargos de fraude electrónico y lavado de dinero.
La misma suerte corrieron Rick Renzi, un ex diputado republicano de Arizona que pasó tres años en prisión por corrupción, lavado de dinero y otros cargos; y Duke Cunningham, exrepresentante de California condenado por aceptar 2,4 millones de dólares en sobornos de contratistas de defensa. Cunningham, que salió de prisión en 2013, recibió un indulto condicional.
Incluyó igualmente a Anthony Levandowski, que fuera ingeniero de Google y que admitió haber robado tecnología secreta relacionada con los automóviles autónomos de la compañía; Robin Hayes, un donante político de Carolina del Norte condenado por intentar sobornar a funcionarios; William Walters, un jugador profesional condenado por abuso de información privilegiada; y Aviem Sella, un oficial de la fuerza aérea israelí a quien Estados Unidos acusó de ser un espía.