Al menos 875 personas han sido detenidas en Francia durante la tercera noche consecutiva de protestas por la muerte a tiros de un joven de 17 años a manos de un agente en un control policial.
El ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, informó la cifra de detenciones a primer hora de la mañana de este viernes, al tiempo que agregó que los agentes de las fuerzas de seguridad se han “enfrentado con valentía a una violencia poco frecuente”.
Horas antes, el equipo del ministro había indicado que se habían producido 421 detenciones, de las cuales al menos 242 han tenido lugar en la región de París. Indicó que la mayoría de los detenidos tienen entre 14 y 18 años. “Estas detenciones récord reflejan las instrucciones de firmeza dadas por el ministro”, declaró una fuente cercana a Darmanin al periódico ‘Le Figaró’.
Darmanin “dio instrucciones sistemáticas de intervención a la Policía” y mostró su apoyo a las fuerzas de seguridad del país “que están haciendo un valiente trabajo”, expresó a través de su perfil en la red social Twitter.
Sin embargo, la ola de violencia no se limitó a los barrios sensibles de la región de París, sino que también alcanzó a la capital, donde hubo saqueos de comercios en el barrio de Les Halles, en el centro, y muchas otras ciudades.
Según el ministerio, 249 policías y gendarmes resultaron heridos, ninguno de ellos de gravedad.
El medio local Le Parisien informó que algunos de estos disturbios tuvieron lugar en la plaza Nelson Mandela, donde un grupo de manifestantes lanzó proyectiles contra la policía y varios vehículos fueron incendiados. Las fuerzas del orden respondieron con gases lacrimógenos y porras, a fin de dispersar a la multitud.
Cerca de las 03:00, hora local, en Nanterre, en la periferia de París, se vivía una “tensa” calma, según informó la cadena BFMTV, que señaló que la Policía y los Bomberos continuaban en el lugar de los hechos.
Miles de personas se concentraron este jueves en Nanterre para protestar por la muerte del joven Nahel, que recibió un disparo a quemarropa tras la intercepción de su vehículo, en una jornada en la que el Gobierno francés anunció el despliegue de 40.000 policías y gendarmes para contener la violencia en Francia.
La llamada ‘Marcha blanca’, convocada por la madre del joven, desfiló por las calles de Nanterre hasta terminar en los juzgados, donde poco antes el fiscal de la ciudad, Pascal Prache, determinó que el agente implicado en el caso debe permanecer en prisión provisional como sospechoso de un delito de homicidio. El funeral de Nahel tendrá lugar este sábado en esa misma localidad.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, volvió a convocar este viernes una unidad de crisis interministerial, después de tres días consecutivos de protestas en las calles del país.
Macron, que se encuentra en Bruselas por el Consejo de la Unión Europea, presidirá la unidad de crisis a las 13:00, hora local, desde París. Por tanto, es probable que tenga que acortar su estancia si los encuentros con sus homólogos no han terminado, informó el diario ‘Le Figaró’.
El mandatario denunció durante la jornada anterior la violencia contra comisarías, escuelas y ayuntamientos, sosteniendo que es “injustificable”. Agradeció a las fuerzas de seguridad movilizadas y señaló que “la meditación, la justicia y la calma” debían “guiar las próximas horas”.
Los disturbios se habrían extendido a Bélgica, donde el jueves por la noche una veintena de personas han sido detenidas por protestas.
La muerte de Nahel se produjo el martes por la mañana cuando dos agentes motorizados lo persiguieron tras haber cometido varias infracciones al código de la circulación al volante de un vehículo de alquiler que conducía sin tener la licencia.
Cuando consiguieron detenerlo al quedar inmovilizado en un atasco, los agentes lo apuntaron con sus armas y le exigieron que apagara en motor. Pero en lugar de eso, el joven aceleró y fue entonces cuando uno de los dos policías le disparó en el pecho. Inicialmente, el policía afirmó que había utilizado su arma porque Nahel amenazaba su integridad y la de su compañero al poner en movimiento el vehículo, pero las imágenes grabadas por testigos de la escena han puesto en evidencia que esa versión no se sostenía.