A fines de mayo, Ewan, el hijo de ocho años de Alexandra Ruddy, fue de excursión a una granja en Jersey, Reino Unido. El pequeño se cayó al suelo y volvió a su casa con una extraña marca roja. "Las heridas no parecían infectadas", explica la madre en Facebook, "pero se habían hecho más grandes, así que me preocupé".
Pocos días después de ese roce aparentemente inofensivo, el chico mostró su mano a su mamá durante una salida. "Noté que el enrojecimiento estaba siguiendo su vena". Ruddy lo llevó rápidamente al hospital. "Cuando el doctor lo vio, me elogió por reconocerlo y llegar lo antes posible".
Ewan tenía sepsis, un "envenenamiento de la sangre" que mata muchas personas por año. "No es algo que se pueda 'dejar' hasta el lunes", advierte la madre en Facebook.
La sepsis es una dolencia crítica que se produce cuando el cuerpo, como respuesta a una infección, genera una inflamación que, en los casos más graves, provoca un fallo agudo de otros órganos. El cuadro puede terminar en la muerte.
Ella sospechó del peligro de la infección porque en 2017, una amiga suya compartió un caso similar en Facebook, y por eso supo reconocer el signo de la sepsis. Por eso, ella misma comenta que "espero que mi post pueda ayudar a alguien de la misma manera que el post de mi amiga me ayudó a mi". Sin duda, su advertencia está llegando a mucha gente, y es necesario tenerla en cuenta para evitar daños muy graves provocados por una simple herida.
"Los antibióticos están funcionando", señala Alexandra, que alerta a otros padres que "si ven esta línea roja que sale de una herida a lo largo de la vena, vaya al médico inmediatamente".