La fiscal Flores Toranzos sostuvo que quedó acreditado que el imputado, durante una mañana de agosto de 2019, ingresó a la habitación donde dormía la mujer, le puso un elemento cortante en el cuello y la sometió sexualmente. Antes de retirarse, le quitó el teléfono celular a la víctima.
Surge del informe del Servicio de Biología Molecular del CIF que el perfil genético estudiado en la víctima pertenece al imputado, lo que desacreditó su versión tras manifestar que no estuvo en el lugar ni el momento del hecho.
La fiscal destacó que la utilización del arma blanca agrava la figura por el mayor poder intimidante del causante y las menores posibilidades de defensa de la víctima.