Eso se dio en el marco de una impugnación de filiación mediante la cual el padre biológico se dirigió en contra del legal, que cuidó y crió al niño desde su nacimiento y cuya madre falleció en septiembre del año pasado.
“El caso verdaderamente creo que se convirtió en un caso insólito, pero considero que es algo que la sociedad gritaba en silencio. Es necesario muchas veces tener que dictar estos fallos, creo que era una deuda con la sociedad”, comentó la jueza Carriquiry en Radio Pacífico.
El caso se inició cuando falleció la madre del niño en septiembre del año pasado, en ese momento apareció el padre biológico del menor diciendo que era su padre y solicitó que se anulara el reconocimiento paterno del progenitor legal. Por su parte, el padre adoptivo respondió a la demanda diciendo que acompañó a la madre durante todo su embarazo y que recién conoció al padre biológico en el momento de fallecimiento de su compañera. Además, dijo que, si el niño quedaba a cargo del padre biológico, se lo perjudicaría, porque perdería a su padre a tan poco tiempo de haber perdido a su madre.
“Acá tenemos que poner primeramente la mirada en el niño, de esta forma se pidió un nuevo ADN y se llevó a una audiencia, primero con los padres por separado y después otra juntos, que se hizo con mucha altura y hombría. En esta el padre biológico dijo que quería sumar, no restar
En este caso, ahora la custodia del niño es compartida indistinta con residencia principal en el domicilio del padre afectivo y se está haciendo la vinculación con el padre biológico para respetar al niño. “Estamos haciendo una lenta vinculación porque los chicos tienen su tiempo, es una persona que no vio nunca en su vida. Creo que si no le ponemos humanidad y espíritu a la norma fría no vamos a ningún lado como sociedad”, aseguró la jueza.