Los represores Miguel Raúl Gentil y Joaquín Guil fueron condenados hoy a penas de entre siete y ocho años de prisión por la detención ilegal y las torturas infligidas al cooperativista Marcial Uro, en el marco del décimo juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en Salta.
El Tribunal Oral Federal 2 de Salta, integrado por Abel Fleming (presidente), Gabriela Catalano y Domingo Batule, hizo suyas las penas que habían solicitado ayer los fiscales Carlos Amad, Francisco Snopek y Juan Manuel Sivila: ocho años de prisión para Gentil y siete para Guil.
Con la lectura del tramo dispositivo de la sentencia, los magistrados dieron a conocer también los fundamentos del fallo, exposición que Gentil escuchó a través del sistema de videoconferencia desde Buenos Aires y Guil, en los tribunales federales salteños.
El juicio comenzó el 29 de mayo último y, tras cuatro audiencias, hoy llegó a su fin con la condena de los dos represores como coautores del delito de privación ilegítima de la libertad agravada en concurso ideal con el de imposición de tormentos, agravados por ser la víctima un perseguido político.
Además de Gentil, que era el jefe de la Policía de Salta al momento de los hechos, y Guil, quien se desempeñaba como director de Seguridad de esa fuerza, en esta causa estaba imputado hasta su fallecimiento Ernesto Federico Livy, quien en la época investigada era delegado de la Policía Federal en Salta.
La causa judicial consideró acreditado que los acusados, ahora condenados, secuestraron a Uro en su domicilio del barrio Finca Independencia, en la zona sudeste de la ciudad y lo trasladaron a la Jefatura de Policía, donde lo torturaron durante varios días y luego la víctima fue confinada a la casa del comisario Livy hasta su liberación, dos semanas después.
Uro había conformado una cooperativa de trabajo dedicada a carpintería y herrería en terrenos de Finca Independencia otorgados por la gestión del gobernador salteño Miguel Ragone, quien a su vez fue desplazado del cargo mediante una intervención federal en noviembre de 1974 y secuestrado y asesinado por militares y policías el 11 de marzo de 1976.
En la primera jornada de este juicio declararon, entre otros testigos, Arnaldo Goenaga, asesor de Ragone; Lucrecia Guanca, hija de Uro; el expolicía Ángel Roberto Adán y el exdirigente de la CGT Julio Aguirre.
En la segunda audiencia, el testigo Héctor Cristian Pinto, que declaró por videoconferencia desde la ciudad de La Plata, contó que también él fue capturado en la casa de su padre y trasladado a la Jefatura de Policía provincial en 1975, junto a Uro y habló del papel de los acusados en ese circuito represivo.
El Tribuno