Pasadas las 16:30 el portón se abrió, después de once años, Santos Clemente Vera, pudo salir caminando y con la frente en alto, llevaba consigo un pequeño bolso y un cuadro que le regaló uno de sus hijos; a su encuentro corrió Beatriz su esposa, se fundieron en un abrazo y de fondo se escucharon los aplausos y gritos de felicidad.
En cuestión de segundos, Santos estaba rodeado no sólo de su familia sino de toda la prensa, pero él solo gritaba “dónde está el doctor”, llamando a su abogado, José Humberto Vargas que salió a su encuentro en medio de cámaras y micrófonos, según publicó Informate Salta.
Cuando se vieron la imagen fue como la de un padre e hijo, “gracias doctor”, le dijo Santos con la voz completamente quebrada, lo abrazó y allí parecía un niño, su abogado solo le pudo decir “Santos, ya terminó todo”, y él le respondió “usted pudo atravesar el muro, usted lo logró”, para seguidamente reconocerlo en público por su hazaña, la cual hizo sin cobrarle ni un solo honorario.
“Se hizo justicia por fin, por años lo esperé, mis hijos sufrían, nos podían piedras en el camino, y al último nos pusieron un muro, me negaron recursos y el doctor tuvo que ir a Buenos Aires, sin un peso, nunca me cobró un peso, estoy muy agradecido con él”, dijo a los gritos y casi sin poder respirar de la emoción.
Su esposa nunca lo soltó, le decía “tranquilo, tranquilo”, pero la euforia podía más. “Acá siempre me trataron bien, pero yo ponía de mi parte, al reglamento interno siempre lo respeté”, dijo en referencia a los once años que pasó detenido en la Unidad Carcelaria I.
Pero también confesó: “Tengo mucha bronca con la justicia, yo debería estar con mis hijos, con mi familia, con mi madre y con mi padre que ya no están, me robaron 11 años de mi vida. Quiero agradecer profundamente a Dios, puse mi fe en Dios, sino no sé qué hubiese sido de mí, viví muchas cosas difíciles, no entiendo por qué a mí”, remarcó una y otra vez.
Cuando le preguntaron qué cree fue lo que sucedió dijo: “La justicia no investigó, yo fui guía para la justicia, para los de la brigada, los acompañé en el sendero porque yo conozco, me dijeron que Lasi me nombró y por eso caí, porque soy pobre y no tengo plata. Martín Pérez (Juez) me dijo, nunca lo vas a lograr, cuando había que hacer una contraprueba, el doctor lo escuchó y nunca me cobro un peso. Tenía miedo de perder mi familia, que se cansen, pero están acá a mi lado”.
Finalmente reflexionó, “la libertad es lo máximo, yo era un hombre libre, nunca debía haber estado acá”