De los 9 jueces 5 votaron a favor de la prescripción y 4 en contra. Los jueces de la Corte que votaron a favor de la prescripción fueron su presidente, Guillermo Alberto Catalano, y Sergio Fabián Vittar y las juezas Sandra Bonari, María Alejandra Gauffin y Teresa Ovejero Cornejo. Mientras que los votos minoritarios en contra fueron de la jueza Adriana Rodríguez Faraldo y los jueces Ernesto R. Samsón, Horacio José Aguilar y Pablo López Viñals.
Por su parte, los denunciantes Juan Carlos García y Carla Ríos aseguraron que seguirán peleando hasta el final y no van a bajar los brazos hasta que se haga justicia. Mientras que, el Ministerio Público Fiscal anunció que para intentar revertir esta decisión interpondrá un recurso extraordinario federal ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Juan Carlos ahora, pasa sus mañanas en el Poder Judicial, visitando a los fiscales para buscar justicia. Hoy tuvo una reunión con el fiscal Obeid, quien le explicó que debe dirigirse hacia el Fiscal de Corte, quienes van a apelar a la Corte Suprema. Además, junto a Carla, buscan un nuevo abogado que los represente.
“Nos queda ahora una puerta de esperanza que si se determina bien la apelación se puede determinar jurisprudencia para que nuestra causa pueda avanzar y no quede ahí. Sé que hubo muchos errores en esto, he confiado mucho en la gente que me acompañaba y ahora quiero estar más activo”, sostuvo García en Radio Pacífico.
La víctima aseguró que seguirán luchando por buscar justicia. La misma iglesia encontró culpable al ex cura Lamas en un juicio eclesiástico que se hizo, pero la justicia no tomó eso como prueba.
“Yo todavía no digiero que hayan declarado la prescripción de la causa, dicen que pasó el tiempo, pero el dolor no prescribe. Voy a seguir luchando hasta donde me de la salud y el cuerpo. Yo puse la cara, el cuerpo, me desgasté psicológicamente, perdí trabajo, plata, amigos, pagué un costo muy alto por esta causa, entonces tengo bronca e impotencia”, manifestó.
Por otro lado, disparó contra quien era su abogado y aseguró que no estaba de acuerdo con muchas de las decisiones que se tomaron y dio a entender que el letrado debería haber estado más activo en la causa.
Finalmente, volvió a mostrar su enojo y decepción contra la iglesia, ya que sostuvo que “la iglesia se lavó las manos. A nosotros no nos asistieron, no nos ayudaron, no nos dieron contención psicológica. La iglesia nunca estuvo, nos abandonaron como si fuésemos nosotros los culpables de que Emilio nos haya violado”.