La sospecha de queJavier Trogliero y Juan Carlos Gómez Pazse pelearon por una joven amiga en común aún sobrevuela en la sala de audiencia, y es que nadie se animó a decir lo que todos saben por lo bajo, y mucho menos a indicar quién es esa mujer.
En el juicio, el propio Gómez Paz mencionó que Javier lo abrazó fuertemente y le preguntó algo sobre una joven, sin embargo, no fue más allá. "Trogliero me abrazó fuerte y me preguntó por una amiga. ¿Qué onda con esa chica? me dijo. Le dije que era mi amiga, que hace mucho que no la veía. Él me apretó. Yo me quise alejar. Fue tenso", sostuvo en su declaración.
Diego Roncaglia, un vecino de 40 años, fue otro que se refirió a una mujer como el motivo de la pelea entre la víctima y el victimario. "Recuerdo que fue como una pelea de gente alcoholizada. Eran dos tipos alcoholizados peleándose. Era de madrugada, 4.30, cuando empecé a sentir gritos de dos hombres discutiendo. Hablaban de una chica. ¡No te metas! decía uno”, relató ante el tribunal.
A raíz del silencio de los acusados, lo que se sabe de esta misteriosa mujer son rumores, los cuales indican que la joven efectivamente era pretendida por Trogliero, quien buscaba avanzar y conquistarla. Sin embargo, dicha mujer, también amiga de Gómez Paz, le habría pedido al joven contador que hiciera lo imposible por desalentar a Javier en seguir con sus intenciones románticas.
Este asunto, emergió la noche del 1 de junio de 2013, en la casa de Mario del Barco, en la manzana 528 A del barrio El Huaico. Obviamente la intensa ingesta alcohólica facilitó que algunos de los invitados se fueran de boca al respecto.
Lo que se oculta de aquella fatídica se cierne precisamente en torno a esta misteriosa mujer y a un dato clave sobre su sexualidad, algo que Javier, al parecer, desconocía, pues de haberlo sabido seguramente no habría ido a fondo, dicen algunos.
Aquella noche, en la casa de Del Barco, entregada en febrero de 2013 por el Instituto Provincial de la Vivienda, la charla fue amena en sus albores y de variados temas, aunque en un momento dado, cuando las copas comenzaron a quedar vacías, alguien dejó escapar el rumor de que la joven pretendida por Javier no quería saber nada de él.
El chisme, como reguero de pólvora, no tardó en llegar a oídos de Trogliero, quien comenzó a tirar del hilo hasta llegar a su amigo, Gómez Paz, un joven contador que había emergido como una promesa de gran profesional en materia de números.
En realidad la buena fortuna les sonreía a todos, pues tenían por delante futuros promisorios. Trogliero administraba junto a su familia un hotel y su pasar económico estaba prácticamente asegurado en una ciudad donde el turismo es la cenicienta.
Del Barco, hijo de un médico prestigioso y director en varias ocasiones de hospitales importantes, tampoco tenía nada que envidiarle a nadie, pues no sólo contaba con una buen capital sino con contactos en los ámbitos más importante de la provincia, lo que le permitió ser beneficiado con una casa construida para familias de recursos limitados, un desliz que terminó en tragedia.
Aunque la lista de amigos es aún más amplia, basta decir que los cuatro implicados se conocían muy bien, no tenían urgencias económicas y todo parecía ser pura armonía entre ellos, clima que, al parecer, se nubló cuando apareció en escena una misteriosa dama.
Sorpresa y media
Trogliero, según pudo conocer este medio al dialogar con los amigos que hoy guardan un silencio oficial, estaba decidido a conquistar a dicha mujer, por lo que todo lo que tenía que ver con ella no pasaba desapercibido para él. Y mucho menos si venía de uno de sus amigos, quien, al parecer, tenía oculto un detalle que desconocía.
Ese rumor habría salido a luz la noche del 1 de junio de 2013, y fue el detonante del feroz enfrentamiento, potenciado por un detalle que también era conocido por el grupo de amigos. Y es que, tal vez porque ya había sido víctima de algún hecho de violencia, todos sabían que Gómez Paz era precavido, conducta que lo hacía tener siempre algunas armas en su vehículo, entre ellas una navaja y una manopla.
Este detalle jugó esa noche un rol fundamental, pues cuando finalmente Javier y Juan Carlos se enfrentaron a raíz de los reclamos del primero respecto a lo que andaba diciendo sobre él y la mujer que quería conquistar, Gómez Paz fue hasta el auto e hizo uso de una de esas armas.
Lo que Javier, al parecer, desconocía era que aquella mujer que pretendía era gay, un aspecto que no sólo hacía imposible algún romance, sino que habría sido motivo de burla, una afrenta que puede ser letal cuando hay alcohol de por medio.
Todo indica que cuando Javier se enteró no dudó un instante en buscar a Gómez Paz para arreglar cuentas, ya sea porque no creía en sus dichos o para vengarse de haber sido blanco de burlas. Cualquiera sea la razón, lo cierto es que los dos amigos, desconocido por al alcohol, se tiraron algunos manotazos.
La gresca podría haber quedado en sólo eso, sin embargo, ni los dos protagonistas supieron parar ni tampoco sus "amigos” hicieron suficientes esfuerzos para evitar que el asunto pase a mayores, aún a sabiendas de que Gómez Paz era de "armas llevar”.
Hoy, lejos de explicar la verdad de lo sucedido aquella noche, los tres acusados y el resto de los que decían ser amigos de Javier, prefirieron el silencio. Tal vez porque Salta es así, muy conservadora, adjetivo que no es más que una excusa de aquellos que se sienten más a gusto en las penumbras y que se jactan de la impunidad, mientras la sangre del inocente corre por sus pies.