Se cierra la investigación. Hoy por la mañana, en un documento de 343 páginas, la fiscal Verónica Zamboni requirió al juez de Garantías David Mancinelli la elevación a juicio de los rugbiers acusados de matar a golpes en el cráneo a Fernando Báez Sosa frente a la disco Le Brique en enero de este año.
La fiscalía solicitó la citación a juicio respecto de los imputados detenidos Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Enzo Comelli Matías Benicelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz.
Por otra parte, Zamboni pidió el sobreseimiento de Juan Guarino y Alejo Milanesi, que no pudieron ser ubicados en la trama del hecho ni acusados como encubridores. El joven señalado como el “rugbier número 11”, Tomás Colazzo, tampoco fue imputado o ubicado en la trama del hecho.
Las imputaciones contra los acusados son no solo por el delito de homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas, que comprende la pena de prisión perpetua: también incluyen las acusaciones de lesiones leves por los golpes propinados a los cinco amigos de Báez Sosa presentes en la noche del crimen.
La situación de Pablo Ventura se mantiene: no hay nada para involucrarlo en el caso. La elevación a juicio, por su parte, no establece uno de los mayores misterios del caso: cuál de los diez rugbiers oriundos de Zárate lo implicó falsamente, un dato que surgió en su detención en la mañana del crimen y que disparó una cacería de la Policía Bonaerense que llegó hasta la puerta de su casa.
Zamboni detalló el plan asesino en su requerimiento, con una división de roles para atacar a traición:
“Los primeros cinco sujetos activos -Máximo Pablo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Franco Benicelli y Blas Cinalli-, previo acordar interceptar a la víctima y golpearla con el fin de darle muerte, en la vereda ubicada frente al lugar bailable Le Brique, abordan por detrás a Fernando Báez, aprovechándose de que el mismo estaba de espaldas e indefenso y de ésta manera actuando sobre seguro, en virtud de la superioridad numérica y física, lo rodean, se abalanzan sobre él y comienzan a propinarle golpes de puño en su rostro y cuerpo, tanto a él como a sus amigos, producto de lo cual, Fernando cae al suelo arrodillado y luego inconsciente -cumpliendo de ése modo con el plan premeditado, dividiéndose las tareas previamente pactadas”, afirmó.
Los golpes continuaron: “Provocaron su deceso en forma casi inmediata, al causarle un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a un TRAUMATISMO GRAVE DE CRÁNEO”, continúa el documento, entre gritos e insultos como “negro de mierda”.
Así como hubo cinco golpeadores, los otros se aseguraron de que nadie pudiera defender a Báez Sosa mientras era cobardemente atacado. “Los tres sujetos restantes -Ayrton Michael Viollaz, Lucas Fidel Pertossi y Luciano Pertossi-, previo acuerdo y distribución de tareas con los otros sujetos activos, también participaron premeditadamente de la agresión con el fin de dar muerte a la víctima, posibilitando fundamentalmente la comisión del hecho, ya que rodearon tanto a Fernando Báez Sosa como a los amigos que estaban junto a él, impidiendo de ésa forma que éste pudiese defenderse por sí solo e incluso recibir defensa por parte de sus amigos y/o terceros”.
Pero Guarino y Milanesi, por su parte, no estuvieron presente en esta secuencia. Fueron vistos en el boliche, antes y después del crimen con los imputados, pero la imputación no se sostuvo. Tras haber pasado semanas en celdas policiales y en el penal de Dolores, Guarino y Milanesi regresaron a sus casas en Zárate mientras sus compañeros eran trasladados a la Alcaldía N°3 de Melchor Romero para vivir separados de la población de presos y compartir un celular entre todos.
A Guarino y Milanesi, asegura la fiscal, las extensas ruedas de reconocimiento no pudieron ubicarlos en tiempo y lugar de forma fehaciente. Los cotejos de ADN y las pericias scopométricas a las zapatillas usadas para golpear a Fernando también dieron resultados negativos.
Las cámaras tampoco pudieron implicarlos. “Si bien Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi resultaron visualizados en el lugar y en inmediaciones por algunas cámaras privadas (de “Le Brique”, “Supermercado Marina” y “Complejo Octógono”) y públicas (diversos domos situados en Avenida 3 y esquina Avenida Buenos Aires), lo cierto es que los mismos no han podido tampoco ser ubicados, por las secuencias fílmicas, en el lugar directo de la agresión a Fernando, sino solo en inmediaciones y alejados de la víctima”. Las lesiones que Milanesi tenía al momento de ser encontrado por la Bonaerense y que motivaron su arresto no pudieron ser vinculadas al crimen.
Así, Zamboni pidió que sean sobreseídos.
El juez Mancinelli podrá validar o rechazar los planteos de Zamboni, una decisión que podrá ser apelada. El pedido de los sobreseimientos implica que el juez, tal como lo establece el Código Procesal Penal, debe notifica a los particulares damnificados en la causa, los padres de Báez Sosa y al fiscal general de la jurisdicción, Diego Escoda, para que se expresen al respecto: si están de acuerdo ambas partes, el juez se encuentra obligado a sobreseer a los dos acusados.
Mancinelli también deberá consultar a los imputados por la posibilidad de un juicio por jurados o con un tribunal de tres jueces. En el caso de un juicio oral, la acusación estará a cargo del fiscal Juan Manuel Dávila.