Una sesión maratónica, una definición voto a voto que fluctuó de tendencia y al final se volcó en favor del proyecto que busca legalizar el aborto en la Argentina. Ahora que la norma tiene media sanción, el camino parlamentario sigue y no será menos complejo de lo que fue hasta acá.
El presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, ahora debe informar al Senado sobre la sanción. Los plazos reglamentarios indican que debe pasar una semana antes de que tome estado parlamentario en la Cámara alta, que podría, si decidiese un tratamiento exprés, discutirlo en el recinto dentro de ocho días.
No es lo que ocurrirá.
En Diputados, el debate en comisiones se extendió durante dos meses y medio e incluyó 723 exposiciones. Aunque no hay hoja de ruta definida, se espera que el tratamiento en el Senado también sea extenso. El proyecto podría llegar a votación en septiembre.
¿Qué pasa si el proyecto es rechazado en el Senado?
En este caso, el proyecto (o la temática) no puede abordarse en la discusión parlamentaria hasta el ejercicio siguiente.
Si en cambio la Cámara Alta lo aprueba, se convierte en ley, pero debe ser reglamentado por el Poder Ejecutivo. En ese caso, existe el instrumento del veto que permite al Presidente rechazar total o parcialmente lo aprobado por el Congreso.
Aunque Mauricio Macri usó el veto en otros temas como la Ley de Tarifas, anticipó que respetaría la decisión de los legisladores en este caso.
¿Qué pasa si el Senado modifica el texto?
Si el proyecto sale aprobado de Diputados, puede ser aprobado con correcciones o modificaciones por el Senado. Ese texto debe, entonces, volver a la cámara de origen (en este caso diputados) donde se vuelve a debatir y votar.
En ese caso, la Cámara baja puede por mayoría simple aprobar el proyecto tal como lo reescribió el Senado o, con mayoría especial, insistir con la redacción original.
Fuente: Clarín