El domingo fueron indagados los once rugbiers detenidos por el asesinato de Fernando Báez Sosa a la salida de un boliche en Villa Gesell. Según informó Walter Mercuri, el fiscal a cargo de la investigación, los jóvenes de entre 18 y 21 años fueron detenidos durante un allanamiento realizado en la casa que habían alquilado a solo dos cuadras del local bailable. Durante el operativo se secuestraron pruebas que comprometen a los implicados, que podrían enfrentar la pena de prisión perpetua.
Luego de moler a golpes a Fernando hasta matarlo, el grupo de jugadores del Rugby del Arsenal Zárate Club se fue a dormir a la vivienda ubicada en 203 y cortada. Así los encontró la Policía cuando los detuvo durante un allanamiento en el que obtuvieron evidencia clave para investigación.
En diálogo con Todo Noticias, Mercuri confirmó la incautación de una “gran cantidad de elementos de prueba”. Entre ellos, ropa y calzado con manchas de sangre que “coinciden con los que se ven en los videos”.
Además, se constató la presencia de heridas compatibles con las de una pelea en los brazos y manos de todas las personas que se encontraban en la casa, al tiempo que hallaron una gran cantidad de botellas de alcohol que habrían sido consumidas como parte de la “previa” realizada la noche del asesinato de Fernando. Había envases de vodka, ron, fernet, espumantes y una caja de vino.
Sobre este último punto, el fiscal aclaró que, aunque se pruebe el consumo de grandes cantidades de alcohol, los asesinos de Fernando “fueron conscientes en todo momento de sus acciones”.
“Sabían lo que hacían. Cuando salieron del boliche fueron directamente a buscar a la víctima. Si hubieran tenido solamente la intención de lesionarlo, cuando Fernando cayó desmayado al piso se hubiera terminado la agresión. Pero continuaron golpeándolo con patadas en la cabeza cuando estaba inconsciente”, argumentó.
En tanto, otra de las pruebas fundamentales de la investigación son los videos aportados por varios testigos del ataque, que grabaron el momento en el que los agresores pateaban en el piso a Fernando mientras estaba desmayado.