Una banda de importadores ilegales que utilizaban los puertos de la zona franca chilena para ingresar mercancías del Oriente y luego vía Aguas Blancas reingresarlas sin gravámenes al país fue desarticulada por la Policía Federal Argentina.
En al menos 20 allanamientos en distintos puntos de la República, pero sobre todo en ciudades del Gran Buenos Aires, Capital Federal, Mendoza, Salta y en la frontera misma, hasta el cierre de esta edición se había valuado lo secuestrado solo en Buenos Aires en unos 150 millones de pesos.
Una alta fuente de la investigación deslizó anoche a El Tribuno que no se valuaron los secuestros realizados en la ciudad de Mendoza ni los que se hicieron en la frontera, en Colonia Santa Rosa como en Aguas Blancas.
Se supo además que hay al menos cinco personas detenidas, cuatro de ellas son extranjeras, dos de nacionalidad china y otras dos coreanas, además de un argentino.
La fuente también informó sobre la fuga del principal cabecilla de la organización que sería de nacionalidad china, aunque admitió que muchos de sus bienes ya están decomisados, entre estos al menos 10 vehículos de alta gama.
La investigación está a cargo del fiscal Carlos Amad bajo la órbita del Juzgado Federal de Orán a cargo de Gustavo Montoya.
Al respecto trascendió que toda la operación de la banda se empezó a esclarecer a través de los miles de teléfonos que se encuentran intervenidos en la frontera norte y de las escuchas y entrecruzamiento de informaciones estratégicas.
En estas escuchas, según la fuente, quedaron grabadas varias de las operaciones clandestinas, ya que los ciudadanos extranjeros les comunicaban a sus personeros de frontera el envío de millones de pesos para hacer frente a la importación hormiga de sus propios productos, adquiridos a precio dumping en sus países de origen e importados por zonas francas del Pacífico chileno.
Una vez que esos embarques se encontraban en territorio boliviano comenzaba el trabajo de hacerlos ingresar por la frontera norte de Orán.
Millones de pesos en toda clase de mercancía, desde cotillón a elementos o equipos electrónicos sofisticados, ingresaban a diario a la ciudad de Orán y desde allí a galpones alquilados en Colonia Santa Rosa, donde se enfriaba la mercancía hasta que la misma era colocada por los comerciantes asiáticos en sus diversas sucursales o a negocios del rubro en toda la Argentina prácticamente.
La fuente señaló que la mayor concentración de mercancías ilegales se encontró en Lomas de Zamora, Flores, Monte Grande y la Capital Federal; también se allanaron galpones en Mendoza y en Jujuy, cuya cuantificación no se estableció aún pero se habla de decenas de millones de pesos acopiados. La operatoria de la banda oriental de importadores ilegales hacía imposible el cobro de los gravámenes que por ley la AFIP impone a las importaciones y había desplazado al puerto de Buenos Aires o Rosario como punto de ingreso. Lo hacían a través de zonas francas chilenas y sin querer, no habían abierto una aduana paralela en Orán, donde debían pagar a los bagayeros y a otras personas para la logística del ingreso de las mercancías. La Policía Federal desbarató otra forma de contrabando alejada de los tours de compra pero millonaria.
Fuente: El Tribuno