El empresario Cristóbal López presentó Oil Combustibles en concurso de acreedores, días después de que LA NACION revelara en una investigación que la petrolera debe a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) $ 7600 millones por no haber abonado el Impuesto a las transferencias de los combustibles (ITC) en los últimos años del kirchnerismo.
López inició el concurso ayer en el juzgado de Gustavo Toquier de Comodoro Rivadavia, el mismo que antes tuvo el concurso de Álcalis de la Patagonia.
En los últimos días, el empresario había intentado mudar la sede de la petrolera desde la ciudad de Buenos Aires hasta Comodoro Rivadavia, donde comenzó el imperio económico de López y donde tenía mayores chances de obtener un mejor trato judicial.
Ante una consulta de LA NACION, desde el Grupo Indalo sólo indicaron que la presentación en concurso se evaluaba desde hacía varios días.
El pasado fin de semana, este medio informó que López había dejado a Oil Combustibles a un paso de la convocatoria de acreedores al ordenar a los bancos con los que opera que no le debiten más el dinero requerido para hacer frente a las cuotas mensuales de los planes de pago que acordó con la AFIP .
López y su socio en el Grupo Indalo, Fabián de Sousa, decidieron que sólo pagarán lo que corresponda a partir de ahora por el Impuesto a las transferencias de los combustibles (ITC) en todas sus estaciones de servicio, pero no los casi $ 8000 millones que adeudan a la AFIP.
Ayer, en el primer revés judicial para Cristóbal López, el juez en lo Contencioso Administrativo Federal Esteban Furnari le prohibió que avance con la anunciada división del Grupo Indalo, designó un veedor dentro de tres empresas claves de su holding para controlar todos sus movimientos y le prohibió que intente mudar Oil Combustibles a Chubut.
Furnari entendió que existe "un riesgo cierto e inminente" de que el Grupo Indalo se insolvente y sus accionistas le causen una "irreversible pérdida patrimonial" al Estado, ya que no le devolverían los miles de millones de pesos que le adeudan.
Fuente: La Nacion