Los municipios salteños, sobre todo los pequeños, serán el primer botón de muestra de los efectos de la fórmula del ajuste prevista para 2019 desde el Gobierno provincial, en línea con la política económica de Nación - Fondo Monetario Internacional. De hecho, ya existe un adelanto de lo que es esa recesión en la comunas, donde padecen, desde mediados de año, una drástica reducción en obras públicas y en el consumo de sus pobladores. La situación será peor el año próximo, como lo anticipan los proyectos de presupuestos nacional y provincial.
Alrededor de la obra pública gira prácticamente todo en las localidades con poca recaudación tributaria, que son la mayoría de los 60 municipios salteños. Su principal fuente de ingresos, la coparticipación provincial, solo les alcanza a los intendentes para pagar sueldos y otras cuentas corrientes. De las obras dependen la generación de puestos de trabajo, la contención de organizaciones sociales (Tartagal es un ejemplo de ello) y el derrame de consumo en los comercios locales. En esos lugares la obra pública cumple, antes que nada, una función social.
El proyecto de Presupuesto 2019 de la Provincia trae más malas noticias para los jefes comunales. Prevé unos 300 planes de obras menos que los estimados para este año, de los que encima solo se ejecutó la mitad, según admitió el ministro de Infraestructura, Tierra y Vivienda, Baltasar Saravia, el lunes pasado en la Legislatura.
Quiere decir que en las previsiones económicas del año entrante figura gran parte de las 901 obras incluidas en el Presupuesto 2018 que no se terminaron o siquiera empezaron.
El plan de obras públicas para 2019 incluye 645 proyectos y ya no están los recursos del eliminado fondo sojero que los intendentes destinaban para construcciones.
El monto estipulado para obras durante el próximo período es $6.675 millones, apenas un 8% más de lo que se dispuso para este año, que además está subejecutado, como se dijo.
De acuerdo a la última información disponible de la Oficina Provincial de Presupuesto, hasta septiembre se ejecutó solo el 37% de los fondos previstos para gastos de capital (obras y otras inversiones).
Con una inflación que superará el 40% este año, los recursos en obras no llegarán a compensar ni por cerca el desfasaje nominal y de ejecución de proyectos.
En ese panorama desolador se priorizará la terminación de las 3.200 viviendas que tiene en carpeta el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) con distintos grados de avance. Pese a ello el organismo también tendrá recortes. Para este año el IPV tenía 350 proyectos de urbanización y en las previsiones de 2019 son 220.
Sobre las obras que están programadas para el área de Educación, la cantidad de proyectos pasa de 232 a 175 para el año próximo. En Salud, lo mismo: 51 planes de obras se planificaron para este año y solo 29 para 2019.
Algunos de los planes de obra se remontan a 2012, cuando se diseñaron para el trunco Fondo de Reparación Histórica (FRH), que tenía que estar totalmente ejecutado en 2015.
Muchos de esos proyectos de infraestructura para San Martín, Rivadavia y Orán se vieron postergados por falta de recursos por lo que la Provincia solicitó un nuevo préstamo, el Fondo del Bicentenario, para concluirlos y encarar otras obras. Tampoco funcionó y para el año que viene se intentará terminarlos con recursos que provienen del pacto fiscal que se firmó con Nación.