Muchos economistas tenían a principios de años augurios favorables para Argentina, luego de que en 2017 la economía creció un 2,7% .

Sin embargo, una profunda devaluación del peso demostró que el país no dejó atrás la volatilidad financiera crónica.

Estas son las cinco imágenes que explican la crisis financiera del país.

1- Tasa disponible peso/dólar

Durante mucho tiempo economistas sostuvieron que el peso argentino estaba sobrevaluado, a lo que el Gobierno respondió con el anuncio de una devaluación gradual de la moneda. 

Lo que nadie esperaba era ver al peso caer contra el dólar a la velocidad que lo hizo en abril, ahogado por dudas respecto del control que tiene la Casa Rosada sobre la inflación y por las alzas de las tasas de interés de la Reserva Federal estadounidense, que fortalecieron al dólar.

La depreciación volvió más caras las deudas en dólares de Argentina, que acudió al Fondo Monetario Internacional (FMI) por un préstamo de U$S 50.000 millones.

2- Inflación nacional interanual

La alta inflación de Argentina es uno de los elementos que hacen al país más vulnerable que otros mercados emergentes a la aversión de inversores globales a activos riesgosos.

Durante años, los gobiernos emitieron pesos para financiar un creciente déficit fiscal, lo que provocó un alza de los precios al consumidor. El gobierno de Macri limitó esa práctica, pero los incrementos de las tarifas de servicios públicos para recortar subsidios y el déficit fiscal mantuvieron la inflación en niveles elevados.

Además, la intensa devaluación de los últimos meses aceleró el ritmo de la subida de los precios.

3- Reservas de divisas

El Banco Central respondió a la depreciación y repunte de la inflación subiendo las tasas de interés a un 45% y vendiendo miles de millones de dólares de sus reservas de divisas, las cuales sufrieron una fuerte caída luego de haber crecido de manera gradual desde que Mauricio Macri asumió su cargo en diciembre del 2015.

Si bien la línea de crédito del FMI reflotó el nivel de reservas de la entidad, una continua presión sobre el peso obligó al Banco Central a intervenir en el mercado de divisas en las últimas semanas.

4- Actividad económica interanual

La aceleración de la inflación y el alza en las tasas de interés impactaron sobre la actividad económica del país. Pero, además de los efectos de la tormenta financiera, Argentina fue golpeada por elementos que sobrepasan su control.

Durante el verano austral las principales regiones agrícolas del país fueron azotadas por la peor sequía de las últimas décadas, que provocó severas pérdidas en las cosechas de soja y maíz, productos que constituyen la columna vertebral de los ingresos del país.

Con el impacto de la sequía en el sector agrícola, la economía se ha contraído en los últimos tres meses y economistas creen que el país se encamina hacia una recesión. En junio, la economía retrocedió un 6,7%, la peor caída interanual desde la crisis financiera mundial del 2009.

5- Total del trabajo registrado

La recesión amenaza dos de las promesas centrales de la campaña presidencial de Macri: alcanzar "pobreza cero" y generar trabajos de calidad para los argentinos. 

A inicios de mes el presidente reconoció que la pobreza probablemente creció como consecuencia de la inflación y la desaceleración económica, mientras que el número de trabajadores registrados comenzó a caer luego de haber alcanzado un pico en diciembre del 2017.

El Gobierno planea reducir gastos en obra pública como parte de su objetivo de recortar su déficit fiscal, enmarcado en el acuerdo con el FMI, lo que podría exacerbar las pérdidas de empleos y a su vez dificultar una posible reelección de Macri en las elecciones presidenciales del 2019. 

Fuentes: Thomson Reuters; Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de Argentina