El índice de pobreza afecta al 33,6% de la población argentina, el índice más alto en una década, lo que refleja que uno de cada cuatro hogares se encuentra dentro de esa situación, según el informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA correspondiente al tercer trimestre. Son 5,4 puntos más o 2.180.000 de nuevos pobres y ya golpea a 13.600.000 personas. No incluye la pobreza rural. Se trata del nivel más alto de toda la década, desde comenzó esta medición, superando los picos anteriores de 2014 y 2016. También es récord – 51,7% -- la pobreza entre los niños y, por regiones, encabeza el conurbano bonaerense con el 43,4 %, donde también es récord en la serie. De los 13,6 millones de pobres urbanos, hay 161.500 nuevos indigentes, con un crecimiento de 0,4 puntos, y suman 2.470.000 porque sus ingresos no alcanzan para cubrir el costo de una canasta básica de alimentos.
El mayor salto y la mayor pobreza e indigencia afecta a los menores de 17 años. Subió del 44 al 51,7%. Son 931.700 nuevos chicos pobres, totalizando 6.255.000 niños que viven en hogares pobres, de los cuales el 10,9% (1.310.000) pertenecen a familias que no tienen ingresos para asegurar una alimentación básica.
Así, uno de cada dos niños se alimenta, se educa y se desarrolla entre familias que no pueden comprar los bienes y servicios básicos, lo que constituye un factor de reproducción de la pobreza.
Estos datos corresponden al tercer trimestre de este año, están actualizados y recalculados para toda la década y a los valores de las canastas básicas del INDEC. Por esos motivos estas cifras no son comparables con mediciones anteriores del propio Observatorio ni con las del INDEC . La canasta de pobreza de una familia tipo, en promedio, en el tercer trimestre pasado era de $ 20.360.
Este récord de pobreza se produjo en un año en que se disparó el dólar, la inflación, cayó la actividad económica y se redujeron entre 15 y 20 puntos el poder adquisitivo de los salarios, las jubilaciones y las prestaciones sociales y se redujo la ocupación laboral tanto formal como informal. También se contrajeron los ingresos y la actividad de los cuentapropistas.
Agustin Salvia, director del Observatorio de la UCA, dijo que las perspectivas de aminorar la pobreza en 2019 son inciertas, aunque podría reducirse de los altos niveles actuales si los salarios y las jubilaciones suben por encima de la inflación y crece el empleo y no hay un nuevo shock.
Por condición socio-laboral, la indigencia alcanza al 19,6% de los trabajadores marginales o informales, dos puntos más que un año atrás
En lo inmediato, Salvia estimó que este cuarto trimestre debería arrojar índices más desfavorables. "Para que baje la pobreza es condición necesaria que crezca la economía pero no es suficiente para resolver la pobreza que tiene dimensiones estructurales", sostuvo.
Estos datos, aunque esperados, impactaron en el Gobierno. Es que en campaña y cuando asumió, el presidente Mauricio Macri había dicho que el objetivo de su gobierno era “pobreza cero”, y hasta aseguró que “si cuando finalice mi gestión no bajó la pobreza, habré fracasado".
Indigencia
Por condición socio-laboral, la indigencia alcanza al 19,6% de los trabajadores marginales o informales, dos puntos más que un año atrás. En tanto, la pobreza engloba al 61,6% de los trabajadores marginales (una suba de 4 puntos) y al 43,3% de la “clase obrera integrada” (con una suba de 8,2 puntos). Así, hubo un empobrecimiento de los asalariados informales y con más fuerza entre los formales "que no son elegibles para recibir ayudas sociales". Este aumento se explica por la caída de los salarios
Por regiones urbanas, con el 43,4% el Gran Buenos Aires lidera la pobreza y con el 8,9%, la indigencia, el registro más alto de la década. En la Ciudad de Buenos Aires, la pobreza es del 8,9% (subió 1,1 puntos) y un 1,3% de indigencia (cayó 0,8 puntos). Fuente Clarín