Biólogos que participaron y siguieron paso a paso este despliegue habían advertido que el animal presentaba una infección importante, constatada por resultados de análisis realizados sobre muestras de sangre. Pero desconocían el origen.
Por lo pronto refieren que estos casos son habituales y periódicos, aunque en esta oportunidad llamó aún más la atención porque el lugar en el que quedó varada. Los restos permanecen en el centro de un canal que se había realizado para facilitar su desplazamiento hacia el mar. Allí se darán los primeros pasos para la necropsia que intentará determinar a corto plazo las causas de muerte.
"A veces tampoco se logra determinar con precisión, pero estos casos se dan cada tanto en toda la costa argentina", explicó Alejandro Saubidet, biólogo de la Fundación Mar del Plata Aquarium, dedicada a la recuperación y rehabilitación de animales marinos.
Del operativo participó personal de Prefectura Naval, organizaciones ambientalistas, organismos públicos, guardavidas y voluntarios que aportaron lo suyo, sobre todo en las primeras horas, cuando el hallazgo de la ballena en la costa resultó una sorpresa y la primera reacción fue mantenerle el cuerpo con humedad, para lo cual se utilizaron baldes con los que se tomaba agua del mar para arrojarselá sobre el lomo.
El intento de devolverla al mar ya se había dado el domingo en dos oportunidades, ambas frustradas porque el propio animal terminó otra vez en la costa. Por eso se esperó a la pleamar de hoy para una chance más, ahora con apoyo de un buque remolcador.
Durante esta mañana se habían realizado todos los movimientos para que la ballena tuviera una suerte de arnés con sogas par a enganchar a la linga que utilizaría la embarcación para llevar al animal hasta aguas profundas.
"El operativo y el mecanismo será bastante similar a lo que se hizo el año pasado para devolver al mar un pesquero varado en Playa Grande", había anticipado a La Nación Sergio Di Nápoli, responsables de Remolcadores Mar del Plata, empresa que aportará la embarcación. No hubo tiempo porque la ballena murió después del mediodía.
"Las buenas intenciones no siempre son suficientes", destacó el biólogo marino Ricardo Bastida, especialista en cetáceos, que temprano anticipaba la posibilidad de un final triste para esta historia. "Tiene una infección generalizada, pero no sabemos bien cuál es el motivo", completaba el también biólogo Alejandro Saubidet, de la Fundación Aquarium.
En este operativo también quedaron al desnudo las falencias para atender con condiciones de seguridad una situación como la que se dio. Ayer llegó a haber más de mil personas en torno a la ballena y con riesgo de ser alcanzados por las máquinas que operaban en la zona o las sogas aplicadas para arrastrar al animal. "Sería bueno tener un protocolo para atender situaciones similares a futuro", sugirió Saubidet.
Fuente: Informate Salta