Esta semana, Gendarmería allanó una de las mayores plantaciones clandestinas de la historia reciente. 7200 plantas de marihuana y más de mil plantines en germinación fueron incautados tras una investigación del sector NOA de la PROCUNAR, el ala de la Procuración que investiga delitos de narcotráfico a cargo de los fiscales Eduardo Villalba y Diego Iglesias, en una finca en el departamento de Caldera. Se hallaron insecticidas, mochilas de fumigación, 29 bandejas para almácigos, incluso un grupo electrógeno, además de un secadero en un galpón con 59 kilos de cogollos y una prensa de hierro para compactar la hierba en panes.

El hijo del dueño del terreno, Juan Berruezo, y un cuidador, Jonatán Garzón, están detenidos y fueron imputados por la Justicia.

“Es una situación muy delicada y muy compleja, hay que empezar a trabajar y cumplir con una defensa técnica bregando ejercer el legítimo derecho de defensa. Esto recién empieza. La imputación que tenga que ver con venta o comercialización no existe”, explicó en Radio Pacífico el abogado Marcelo Elías, defensor de Berruezo y Garzón.

En la finca que fue allanada además de los ejemplares de cannabis se secuestraron dos rifles, un revolver, dinero en efectivo, vehículos y dispositivos para la elaboración de estupefacientes.

“Ayer la fiscalía expresó ante la jueza que es el operativo más grande del país. Nosotros no podemos dar más información, hay que ser serios, es una cuestión que ha tomado trascendencia social importante. No hay conflictos de intereses y los dos tienen la misma imputación”, sostuvo Elías.