El suspendido jefe de la Policía de la Ciudad, José Potocar, fue detenido hoy a la mañana. El juez Ricardo Farias hizo lugar al pedido hecho por el fiscal José María Campagnoli.
Así lo confirmó Christian Poletti, abogado de Potocar. El suspendido jefe de la Policía de la Ciudad está acusado de integrar una asociación ilícita que extorsionaba a comerciantes y empresario de Núñez y Saavedra.
Potocar es señalado como uno de los presuntos líderes de una eventual asociación ilícita que extorsionaba a comerciantes de Núñez y de Saavedra, en la jurisdicción de la 35», a cambio de una "seguridad privilegiada", según fuentes de la investigación. Cuando se inició la pesquisa, él era el jefe de la Dirección General de Comisarías (DGC).
La indagatoria comenzará en unos minutos, informaron fuentes judiciales.
Otro de los presuntos jefes de la señalada organización criminal, según la investigación judicial, sería el comisario Norberto Villarreal, que está prófugo desde noviembre pasado. Era el jefe de la comisaría 35» cuando comenzó la investigación de Campagnoli.
La hipótesis de Campagnoli y su equipo de colaboradores es que la recaudación ilegal era distribuida por Villarreal entre personal de la comisaría y organismos superiores inmediatos, como la Circunscripción VII (Aveni) y la DGC (Potocar).
Cuando Farías hizo lugar al pedido de Campagnoli de allanar la seccional de Cuba 3145, los detectives judiciales secuestraron de la oficina de Villarreal un cuaderno con anotaciones hechas a mano donde se podía leer, entre otras, la palabra "Gorda" y las siglas DGC, acompañadas de los números 12 y 4. Los investigadores están convencidos de que se trataba del registro de la distribución del dinero. No tienen dudas de que DGC identificaba a la Dirección General de Comisarías ni que "Gorda" era como le decían a Aveni. Los números 12 y 4 eran, según la sospecha de los investigadores, la manera de abreviar 12.000 y 4000 pesos.
"Los funcionarios que se desempeñan dentro de esta estructura y que responden a las órdenes del comisario Villarreal despliegan al menos dos concretos e ilícitos canales de cobro: por un lado, obtenían dinero de los «trapitos», mientras que, por otra parte, recolectaban parte de la recaudación de comerciantes y empresarios de la zona", afirmó el fiscal Campagnoli en un dictamen de septiembre pasado
La Nacion