Un adolescente adicto residente en la localidad de Gobernador Juan Solá (Morillo) murió como consecuencias de las graves quemaduras que sufrió cuando se hallaba bajo los efectos alucinógenos de la nafta y una intoxicación por alcohol etílico.
El alcohol fue el combustible que prácticamente le quitó la vida, pese a la asistencia que recibiera en el pueblo como en el hospital San Bernardo.
No se trató de una muerte accidental sino de una saga de incidentes mortales o discapacitantes que tienen en común la adicción a las nafta y al alcohol puro, rectificado de 90 grados que sufren, según docentes de la zona, seis de cada diez chicos en edad escolar o de colegio secundario.
Ese dato fue aportado ayer por la profesora Patricia, quien aseguró que José Campos estaba consumido por las naftas y el alcohol y que su acto final pudo incluso tratarse de un suicidio brutal, cuyo mensaje quedó plasmado en la retina de todos los que lo conocieron en vida.
La docente entrevistada por El Tribuno dijo que el jueves a la noche el chico se prendió fuego en su domicilio de la comunidad wichi de La Cortada, frente a vecinos y familiares que nada pudieron hacer para evitar que el adolescente, enloquecido por las adicciones, decidiera poner fin a su calvario de una manera que no puede soslayarse.
Nadie dijo nada. Se lo llevaron urgente a Salta capital y de allí en el silencio total se lo devolvieron a la familia para que sea enterrado sin pena ni gloria.
Sin embargo, los principales caciques de las diversas comunidades aborígenes del municipio no callaron y desde hace unas pocas horas están elevando las quejas a las autoridades de la provincia para que pongan fin a la venta libre de alcoholes, naftas y drogas de todo tipo que en pocos meses han convertido a muchos jóvenes wichi en discapaciatados tanto físicos como mentales.
Las naftas como sustancia alucinógena -graficó la docente- se cobraron solo en el pueblo la vida de cuatro chicos, que resultaron quemados, pero también otros tantos se encuentran discapacitados en sus miembros superiores, sobre todo por las quemaduras sufridas en los accidentes que se producen cuando están drogados con esta sustancia.
En este contexto El Tribuno dialogó con un profesor wichi bilinge, Reinaldo "Oso" Ferreyra, quien aseguró que la problemática de la droga y el alcohol en el Chaco salteño es gravísima pero, sobre todo, porque a su entender está dirigida hacia las comunidades aborígenes de la zona, a cuya juventud la contaminaron primero con marihuana, luego pasta base y ahora nafta y alcohol, sin que desde el Gobierno se hiciera algo para evitar estos flagelos.
Estamos esperando medidas concretas que nunca llegaron pero cada vez que se suicida un joven wichi aparecen los funcionarios para "maquillar" el caso, evitar hablar de drogas y menos que trascienda a los medios de comunicación. Solo en la comunidad de La Cortada este año tenemos 4 víctimas del fuego por nafta y alcohol durante las ingestas nocturnas", dijo el docente bilinge.