La fiscalía de Delitos Complejos de Salta inició una investigación por la tonelada de cocaína que era transportada en un jet privado tripulado por dos ciudadanos bolivianos y que había partido de la provincia argentina.
El fiscal encargado Ricardo Toranzos descartó en diálogo con Cadena 3 que la droga haya sido cargada en Argentina, ya que la aeronave superó tres controles: uno de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que incluyó perros especialmente entrenados para detectar drogas; otro de la Aduana y un tercero por Sanidad de Fronteras.
La principal hipótesis de los investigadores es que el jet privado salió de Salta vacío e hizo una parada clandestina en Perú o Bolivia donde cargó la droga.
De esta manera, creen que utilizaron el Aeropuerto Internacional Martín Miguel de Güemes para cargar combustible, declarar el vuelo y simular un viaje normal. No obstante el fiscal solicitó las grabaciones de la pista para confirmar la falta de movimientos sospechosos en Salta.
Para determinar el lugar exacto de la carga de la tonelada de cocaína, los investigadores pidieron analizar el GPS de la nave. Otra de las circunstancias que procuraban determinar las pesquisas argentinas es quién es el propietario del avión involucrado.
Hasta el momento, se estableció que se trata de un jet de negocios Gulfstream (GLF3), matrícula N18ZL, con cabina para dos o tres tripulantes y capacidad para 19 pasajeros, que aterrizó en la capital salteña la noche del lunes pasado y partió el martes a las 5, por lo que estuvo en dicha terminal unas siete horas.
Durante el trayecto de vuelo a México, la tripulación de la aeronave se percató de la presencia de aviones militares y decidieron aterrizar.
El personal militar inspeccionó el jet privado y descubrió unos 32 paquetes con "aproximadamente una tonelada de una sustancia blanca similar a la cocaína", valuada en unos 12 millones de dólares.
Por el hecho, los dos ciudadanos bolivianos que iban a bordo fueron detenidos, identificados como Aldo López Matienzo y Miguel Ángel Blasquéz Vallejos. Este último en febrero de 2019 protagonizó un accidente en un campo de Las Conchas, Bolivia, y estiman que estaba vinculado a una maniobra de narcotráfico.