José Adrián Mercado perdió su ojo izquierdo luego de que la Policía lo redujera con balas de goma en su domicilio en General Ballivián. Sus hijos que se encontraban junto a él presenciaron el accionar.
Mercado (31) relató a LA GACETA que la “desgracia” comenzó cuando estaba con sus hijos jugando en la vereda de su casa el domingo 17 de mayo a las 22 horas. Fue en ese momento que sintió la presencia de policías motorizados por la cuadra, quienes en ningún momento se acercaron a comunicarle que había violado la cuarentena.
Cuando ve que la policía frena en su domicilio, entra a la casa con sus hijos y cierra el portón de madera, el cual fue violentado por los efectivos sin ninguna orden judicial. El joven acepta que se resistió a ser esposado porque sus hijos iban a quedar solos.
“Mis hijos vieron cómo los policías me pegaban en el piso y cuando me paré delante del móvil, vi cómo mi hijo de 6 años estaba llorando. Traté de hablar con la policía y levanté las manos para que me redujeran, ahí fue cuando uno de ellos detona la bala en mi cara y caí al piso”, expresa Adrián.
Mis hijos presenciaron toda la secuencia y no pueden dormir ni comer, le traumatizaron la vida
Sus vecinos, que fueron los testigos del brutal ataque, le contaron que cuando estaba en el piso la policía lo arrastró hasta una esquina y en ese momento sus vecinos comenzaron a apedrear el móvil.
El lunes 18 despertó Mercado con la noticia de que había perdido su ojo izquierdo para siempre. “No logro entender cuál fue el motivo. No entiendo la reacción, el me miró a la cara y me dejó tirado en la calle como si fuera cualquier cosa. Mis hijos presenciaron toda la secuencia y no pueden dormir ni comer; le traumatizaron la vida”, agrega angustiado Mercado.
Sin ningún aviso, su vida cambio de un momento a otro
Mercado es papá de tres chicos, a quienes no veía hace más de dos meses debido a la cuarentena y porque viven en Tartagal con su mamá. Durante dos semanas debía cuidarlos porque su ex mujer atravesaba los últimos días de embarazo.
Foto: La Gaceta
El domingo salió a buscar a sus hijos a la entrada del pueblo y cuando regresaba a su casa una doctora fue quien lo denunció por salir sin casco y sin barbijo, “Ballivian es un pueblo chico, ni 15 mil habitantes debe tener, nadie usa casco ni barbijo. Justo tuve la mala suerte que me vea y me denuncie”, dijo Adrián.
Cuando volvía con sus hijos fue a visitarla a su mamá antes de ir a su casa. En el camino pasó por la comisaria de la localidad donde señala que no había nadie.
“Yo no estaba violando la cuarentena, solo fui a la ruta a que mi ex me explique sobre el papel de autorización para tenerlos a mis hijos. Fue todo rápido, no fue que yo agarré la moto y salí por ahí”, concluyó apenado por lo que tuvo que atravesar después.
Su familia espera que la justicia haga que los responsables del accidente, que dejo a Adrián Mercado sin su ojo izquierdo y el derecho delicado, paguen por lo que hicieron.