La seguridad en las comisarías de Salta está siendo vulnerada y solo en los últimos ocho meses se contabilizan 24 fugas de presos, de los cuales no todos están recapturados. La posibilidad de un escape es alimentada por el comienzo de una nueva vida en una situación de frontera. ¿Qué pasa con los controles en las dependencias del norte? ¿Presos hábiles o policías negligentes?
La crónica de las últimas fugas inició en diciembre de 2017, a pocos días de las fiestas de Año Nuevo. El escape de 14 presos de la comisaría 42 de Tartagal mantuvo en vilo a toda la provincia. La Policía diagramó un operativo cerrojo y a comienzos de este año logró recapturar a todos los detenidos. La fuga se concretó durante un corte de luz: limaron barrotes, usaron ventanas como trampolines, saltaron techos y escaparon. Recién cuando regresó la energía los guardias pudieron contabilizar cuántos detenidos habían huido. El escándalo llegó a los medios nacionales.
En mayo se dieron dos nuevos episodios, en menos de una semana escaparon tres hombres de la comisaría de Aguaray y otro en Pichanal. En esa última localidad se cree que la huida de Andrés Robles, de 30 años, fue planificada. El 17 de mayo se habría producido una pelea entre dos grupos de presos y cuando entraron los agentes a separar, Robles aprovechó la oportunidad para fugarse. La situación fue preocupante porque en la requisa de las celdas encontraron de todo: armas blancas, celulares, chips y dinero en efectivo.
El último caso tuvo lugar el jueves 12 de julio. Seis presos escaparon de la comisaría 20 de Orán. Se cree que escaparon durante la madrugada y los guardias se anoticiaron recién cerca del mediodía cuando fueron a llevarles la comida.
La fuga dejó varios interrogantes sobre la seguridad y las condiciones en las que viven los presos en esa dependencia. Antes de entregarse, Matías Canchi grabó un video y aseguró que son inhumanas las condiciones en las que se encuentran alojados. También aseguró que la fuga se concretó porque las celdas estaban abiertas mientras el Jefe de Policía, Ángel Mauricio Silvestre, negó esta versión aduciendo que habían limado barrotes y escapado por los techos.
Al cierre de esta edición eran cuatro los presos recapturados: Matías Canchi, Miguel Villalba, Javier Canchi y Matías Lobo mientras se aguarda los arrestos de Facundo Valdez y Luis Aldana.
La fuga obligó el inicio de una investigación a cargo de la Oficina de Asuntos Internos dependiente de la Secretaría de Seguridad. Se evaluarán las responsabilidades del Jefe y guardias de la dependencia que fueron reasignados en otras comisarías.
Superpoblación y falta de recursos: qué posibles soluciones aparecen
El Jefe de Policía, Ángel Mauricio Silvestre, aseguró que la problemática emerge de dos variables: superpoblación y falta de recursos. Los mismos efectivos, muchas veces, deben hacer de guardias en dependencias que están colapsadas y donde controlarlos no es una tarea sencillo, sin personal ni dinero.
“Una posible solución que se analiza es instalar cámaras de TV para tenerlos monitoreadas, es una solución posible para un futuro próximo”, aseguró el comisario en diálogo con LA GACETA. Sin recursos, la adquisición de tecnología sería la salida más rápida ante la falta de personal.
La explicación a la continua fuga de presos podría encontrarse en la superpoblación en las comisarías y subcomisarías, según Silvestre.
“Los calabozos están siendo usados como dependencias internas”, lamentó y aseguró que la salida sería la construcción de una Alcaidía como cuenta la Capital, para descomprimir el norte.
“La solución sería que los detenidos sean sacados como en Salta, pero es una inversión fuerte. Sería necesaria la construcción de una Alcaidía”, opinó.
Las fallas que se repitieron en la unidad carcelaria de Tartagal
La fuga de presos en la frontera no es una historia que se repita únicamente en las dependencias de la Policía de la provincia.
En los escapes de los últimos ocho meses también tuvo lugar el de Daniel Santos Bulacia y Luis Miguel Herbas quienes estaban alojados en la Unidad Carcelaria N°5 de Tartagal. Las huidas le costaron el cargo a altos jefes. El director, oficiales y suboficiales fueron removidos.
La noticia fue confirmada por el subsecretario de Políticas Criminales y Asuntos Penitenciarios, Ramiro Lucena, quien informó además que José Vargas es el nuevo director de ese servicio.
El funcionario agregó que se vio obligado a sancionar duramente “una falta tan grave de atención a las medidas de vigilancia y seguridad”. Además indicó que este hecho es aparentemente “un mal ejemplo del relajo de la vigilancia de los internos, por lo que es necesario corregirlo de manera inmediata”.
Daniel Santos Bulacia, de 25 años, y Luis Miguel Herbas, 33, se fugaron de la Unidad Carcelaria donde cumplían condena por robo calificado por el uso de arma de fuego. Hasta el momento no hay novedades sobre su paradero.
Desde entidades oficiales y fuerzas de seguridad se recomendó a la población asegurar sus viviendas y ante cualquier sospecha comunicarse con el servicio de emergencia 911.
El parte policial indicó que uno de los prófugos hasta tuvo tiempo de pedir un remis por teléfono, se identificó y le dijo al chofer del automóvil que necesitaba urgente un auto porque se había escapado de la cárcel. A los pocos minutos, detalló el testigo, Bulacio volvió a llamar para cancelar el viaje. El remisero avisó a la policía de lo sucedido, sin identificarse, y la fuga fue corroborada poco después.
Fuente: La Gaceta