Con la visibilización de la violencia de género cometida en contra de la mujer en los últimos 10 años, las denuncias fueron marcando la diferencia, a pesar que lejos de mermar, los casos fueron recrudeciendo y agravando los hechos.

En el 2006 las causas por  situaciones violentas en contra de las mujeres alcanzaron las 3.323, cifra que al año siguiente trepó a las 13.959. Y desde allí siguió en ascenso, alcanzando los 16.548 solo en el año 2011. A partir de allí nuevamente fueron en baja, hasta alcanzar los 10.358 el año pasado. En lo que va del año, en enero se iniciaron 1.040 expedientes y en febrero 849.

En ese marco se debe tener en cuenta el resonado caso de Belén, que fue degollada por su ex pareja, salvando su vida tras varios meses de recuperación y debiendo aún contar con rehabilitación, sobre todo para la voz.

Ni que hablar del caso de Jimena Salas, que tras recibir numerosas puñaladas aún permanece impune su homicidio. La causa está en manos del fiscal Pablo Paz, de Graves Atentados en Contra de las Personas.

Antes de ese caso, también perdieron la vida en manos de sus femicidas Andrea Neri y Carolina Saracho, quien fue quemada por su pareja y terminó falleciendo tras luchar por su vida una semana.

El caso Neri dejó al descubierto una serie de  deficiencias en el Servicio Penitenciario, que le costó el alejamiento a cuatro agentes y al subdirector. Neri, de 19 años, había tenido un bebé dos meses atrás con su pareja, “Chirete” Herrera, a quien conoció detenido purgando el homicidio de su primera mujer también en una cárcel (en Metán). Neri asistía a una visita íntima cuando el femicida la atacó con una herramienta punzante, obtenida en un taller al que asistía.

En el 2006 Herrera mató de la misma forma a su primera mujer, madre de sus dos hijos mayores. El hijo de “Chirete”, a los pocos días del ataque a Neri, también fue detenido tras agredir a su pareja.