Jorge Adolfo Ríos tiene 71 años. Estaba en su casa, respetando la estricta cuarentena, pues es paciente de riesgo (tiene problemas cardíacos) cuando el fin de semana entraron a robar a su casa. El jubilado, pese a la discapacidad visual que posee, por trabajar como soldador, logró abatir a uno de los tres ladrones que intentaron aprovechar que debía estar durmiendo.

Según Infobae, el abogado de Adolfo dijo que por los problemas visuales no lee y usa anteojos con mucho aumento para guiarse. Sin embargo,  el fiscal dice que le apuntó al ladrón y le disparó con precisión milimétrica.

Desde que mató al ladrón, el jubilado permanece detenido en una comisaría de Quilmes.

El diario de Buenos Aires detalla que el jubilado dormía y los tres delincuentes lo golpearon para que confesara dónde escondía plata. Los ladrones no esperaban que el anciano sacara una Bersa Thunder calibre 9 milímetros y apretara el gatillo al menos seis disparos. Dos balas dieron en el cuerpo de uno de los ladrones, que terminó muriendo en la calle.

El fiscal dijo que “el ladrón fue baleado en un estado de total indefensión, cuando ya no representaba ningún peligro”, y es por eso que pidió la detención del septuagenario.

El abogado defensor hace hincapié en que el ladrón no estaba en ningún estado de indefensión: había entrado con dos cómplices y afuera lo esperaban otros dos.

“Le pegaron una paliza fenomenal y lo querían torturar con un destornillador. Mi cliente actuó en su legítima defensa. El arma estaba registrada y tenía permiso para portarla”, aseguró el abogado a Infobae.