Cuando los vecinos de Pablo Sommaruga, condenado en 2004 tras secuestrar extorsivamente y cortarle un dedo a Ariel Strajman, se enteraron de que había obtenido la prisión domiciliaria, decidieron esperarlo en la puerta de su casa. El beneficio lo obtuvo el 27 de abril y esta tarde, tras ser liberado, se encontró con un pequeño grupo que lo insultó y golpeó, logrando que el recluso tuviera que volver a la Unidad Nº 14 de Esquel, custodiado por la policía local.
En un video difundido a través de las redes sociales se ve como un grupo de personas comienza a agredirlo, sorteando la débil seguridad que propusieron los efectivos policiales que acompañaron a Sommaruga hasta su casa. Al descender, fue golpeado y herido en la parte izquierda de su cabeza.
En otros videos se observa como Sommaruga es obligado a bajar del vehículo a piedrazos, corriendo, mientras intentaba sortear los golpes y las patadas de los vecinos, quienes también golpearon a los policías que intentaban detener la golpiza. Tras caer en una de las avenidas principales del barrio Vepam, Sommaruga logró ser resguardado.
El hecho que aconteció en la ciudad de Chubut se originó cuando el Juzgado Nacional de Ejecución Penal N° 1, conducido por el juez José Perez Arias, dispuso la prisión domiciliaria para uno de los integrantes de “La banda de los patovicas” que en 2002 capturó a un joven hijo de un joyero y lo mantuvo cautivo en una casa de Pilar, provincia de Buenos Aires.
Durante el cautiverio, Strajman fue quemado con cigarrillos, agraviado con insultos antisemitas (así lo expresó la víctima en el juicio) y mutilado en su dedo meñique, método con el cual los secuestradores quisieron presionar al padre de Strajman, quien previamente había pagado USD 1.000, $400 y algunas joyas de rescate.
La máxima pena fue para el líder de la banda, Adrián Sommaruga, hermano de Pablo, condenado a 22 años de prisión. Su hermano, conocido como “El Perro”, a 16 años, aunque se le unificó la pena con otro delito y debía pasar 18 años preso.
Aquel año fue trasladado a la Unidad Nº 19 de Ezeiza, de la cual se escapó en 2015, cuando comenzó a gozar de las salidas transitorias. En una de ellas, decidió no regresar. El 16 de marzo de aquel de 2015, cuatro días después de haberse fugado, la Policía Metropolitana lo detuvo al azar mientras manejaba su auto. Sommaruga intentó fugarse y comenzó a correr, aunque lograron detenerlo. Llevaba en su poder un arma calibre 38 y un gramo de cocaína.
La decisión de que Sommaruga regresara a su casa en Esquel fue comunicada en las últimas horas y el traslado se hizo “con destino obligatorio y directo al domicilio". El fallo del juez Arias indicó que “se de conocimiento al Patronato de Liberados de Esquel para darle intervención para que inicie el control”. Una persona de su círculo íntimo había sido designada como referente.
La banda delictiva, según determinó la investigación del fiscal Oscar Amirante y luego la sentencia del juez Claudio Bonadio, estaba integrada por los Sommaruga, el padre de ambos, la madrastra y un medio hermano de ellos. Todos vivían en el barrio porteño de Villa Urquiza.