En el afán de sortear los controles de las fuerzas de seguridad los narcos recurren a los métodos más increíbles para transportar la droga. El viernes pasado, personal de Gendarmería Nacional secuestró más de 30 kilos de cocaína durante un procedimiento realizado en la ruta nacional 34. En este caso un automovilista ocultó el cargamento de droga en el tubo de GNC.
El operativo estuvo a cargo de una patrulla fija en el puesto de control El Naranjo, cerca de Rosario de la Frontera, donde son frecuentes por procedimientos antidroga y de contrabando de mercadería. Allí los gendarmes detuvieron la marcha de un automóvil Renault Mégane, conducido por un hombre que se dirigía desde Monterrico (provincia de Jujuy) hasta San Miguel de Tucumán. 
Mientras verificaban la documentación del vehículo a los efectivos les llamó la atención un fuerte olor a pintura fresca que provenía del baúl donde estaba acondicionado el tubo de gas natural concentrado. Al verificar el recipiente los guardianes comprobaron que, efectivamente, había sido recientemente pintado. 
Ante la sospecha de que podría tratarse de unos de los tantos ardid que utilizan los narcos para camuflar la droga, los gendarmes solicitaron autorización al juez federal en turno para verificar el equipo de gas. Las cosas para el conductor del auto comenzaron a complicarse cuando un técnico convocado a tal efecto confirmó que el tubo estaba vacío, pero que el peso del aparato era superior al de un equipo cargado con el fluido. 
Con esta información se procedió a la apertura del cilindro y en su interior encontraron 30 paquetes rectangulares de distintos tamaños, todos de color verde. Las pruebas de campo de narcotest arrojaron resultado positivo para cocaína. Se trataba de 31.860 kilos.
 Con estos elementos el juez de federal de Salta en turno dispuso el secuestro de la droga y del vehículo y la detención del conductor, quien fue imputado por el delito de transporte de estupefacientes.