“Me tiraron un tiro, me muero”, llegó a decir Lourdes Espíndola (25), una policía bonaerense baleada en Ituzaingó mientras esperaba el colectivo para regresar a su casa. Su esfuerzo resultó la clave para que pudieran atenderla rápidamente: Fernando Altamirano (34), su pareja que también es oficial de la Fuerza, le avisó a una compañera, quien fue a asistirla. La víctima, en la tarde-noche de este domingo, fue declarada con muerte cerebral y su familia ya autorizó a donar sus órganos.
Todo sucedió el sábado, en una jornada de luto para la Bonaerense porque horas antes mataron, en otro robo, a la agente Tamara Ramírez (26).
Habían pasado unos minutos de las 18.30 y Lourdes terminó su turno en Ituzaingó. Estaba haciendo horas adicionales en el peaje de Quintana, en la Autopista del Oeste. Cuando llegó su relevo se fue, con chaleco y uniforme, a tomar el colectivo. Tenía que ir a buscar a su hijo de seis años, que lo esperaba para cenar.
A metros de la parada del colectivo, al menos dos personas se bajaron de un auto para robarle. No querían su bolso, su billetera ni su celular. Buscaban el arma de Lourdes y, después de un forcejeo, la balearon con su propia pistola en el esternón.
La joven -herida como estaba- logró sacar el celular y mandarle un audio de WhatsApp a su pareja, que también trabaja en el Comando de Patrullas de Moreno. Desesperada, logró decir: “Me tiraron un tiro, me tiraron un tiro, me muero, me muero”. El audio fue difundido este domingo por el canal C5N.
Después de eso, Altamirano pudo llamar a Samanta Lemos, otra policía del Comando de Patrullas de Moreno que la había relevado en el peaje minutos antes. Por el alerta, la mujer pidió ayuda a un integrante de la Policía Federal y con su auto lograron socorrerla de inmediato.
Lourdes estaba tirada en el suelo, sobre la calle Quintana, a 15 metros de la colectora del Acceso Oeste, sentido a Capital Federal. Tenía el chaleco antibalas colocado pero el disparo la hirió por encima de la protección y entró por el esternón, “del lado izquierdo, y le lastimó el pulmón y la arteria carótida”.
La mujer perdió mucha sangre y eso agravó su estado. Fue internada en el Hospital Posadas con un cuadro “grave y pronóstico reservado”. Según contaron a Clarín fuentes policiales, su estado era irreversible.
La policía bonaerense Lourdes Espíndola (25) y su pareja, Fernando Altamirano (34).
El Ministerio de Salud de la Nación, en un comunicado de prensa, indicó que "se ha determinado la muerte cerebral de la paciente Lourdes Espíndola, de 25 años, que ingresara con herida de arma de fuego en la región supraclavicular izquierda, con lesión carotídea y traqueal".
"Asimismo, se comunica que, por decisión de la familia, se ha iniciado el proceso para la procuración de órganos a través de Incucai y Cucaiba, dando así la posibilidad de seguir viviendo a otras personas que están a la espera de un trasplante", añadió.
Comunicado oficial del Hospital Posadas sobre el estado de Lourdes Espíndola.
“Teníamos sueños, queríamos comprar un terrenito para hacer un dúplex y no vivir toda la vida siendo policías. No quería esperar a terminar así, tengo hijos. Somos una familia, teníamos sueños, teníamos vocación de policía, amamos lo que hacemos. El policía de la provincia de Buenos Aires está todo el tiempo desprotegido”, se quejó Fernando, la pareja de Lourdes, consternado por el estado de su pareja.
Además, insultó públicamente al presidente Mauricio Macri y a la gobernadora María Eugenia Vidal. Más tarde bajó el tono de sus dichos, luego de recibir el reto del jefe de la Bonaerense, comisario general Fabián Perroni, quien se presentó en el lugar.
"Me pidió disculpas por lo que dijo, yo le dije que en este momento se tiene que comportar como un verdadero hombre, como un verdadero policía, que está acompañando a Lourdes y a su hijo, en este momento. Nuestra verdadera función no es hacer este tipo de comentarios, que no ayudan para nada, menos entre policías, sino buscar a los delincuentes que es lo que ordenamos desde el primer momento", sostuvo Perroni.
Juan Carlos Espíndola (54), el papá de la joven, contó: “Ella desde que estaba en el jardín decía que quería ser policía, ahora tenemos que rezar y pedirle a Dios que salga adelante”.
La familia Espíndola es de Berazategui y desde allí viajaban Lourdes y Fernando todos los días para ir a trabajar al Comando de Patrullas de Moreno.
“Ella estaba terminando su casa con mucho esfuerzo. Era el sueño de ella ser policía. Hay mucho riesgo para todos los que andamos en la calle. La Policía está expuesta. Mi nieto vive mucho con nosotros y a mí me echaron del trabajo el miércoles, después de 16 años. Estamos pasando un momento, todo junto”, dijo Juan Carlos.
A última hora del domingo no había ningún detenido. Pero los investigadores identificaron el auto desde el que se bajaron los atacantes. La investigación quedó a cargo de la Fiscalía N° 2 de Ituzaingó y la Jefatura Departamental de Morón.
Horas antes, en Glew, partido de Almirante Brown, otra mujer de la Fuerza fue asesinada en un intento de robo. Se trata de Tamara Ramírez (26), de la Policía Local.
Tamara Ramírez (26), la agente de la Bonaerense asesinada en Glew.
Tamara escuchó gritos en su casa, salió de la habitación con su novio Mariano Albornoz (24), compañero en la misma fuerza de seguridad, y encontró a su padre, el teniente primero Serafín Ramírez (55), peleando con un ladrón. El asaltante, acorralado, le disparó a la pareja. La mujer recibió un tiro en la cabeza y murió en el acto. A Mariano lo balearon en la pierna.
Por el hecho detuvieron a Daniel Vargas, de 18 años, que dejó abandonada el arma calibre 32 con la que mató a Tamara, pero se robó la pistola reglamentaria de la joven y la de su padre.
Fuente: Clarin