El nombre Nahir Galarza quedará en el pasado. Dicho de otro modo: Nahir Galarza dejará de llamarse Nahir Galarza.
No es una cuestión filosófica o existencialista o de identidad: la joven condenada por el crimen de Fernando Pastorizzo decidió cambiarse el apellido de su padre, Marcelo Galarza, porque se siente traicionada por él. No quiere verlo más. Si lo logra, en los papeles pasará a llamarse Nahir Kroh, el apellido de su madre Yamina.
Es como si quisiera quitarse una mancha, un peso de encima o algo que le duele y le vincula a su padre, con quien está enemistada.
Esta novedad se la comunicó a su abogada Raquel Hermida Leyenda. No hay un solo motivo, pero el principal es que, según ella, su padre policía Marcelo Galarza mató a Fernando Pastorizzo y no ella. Dice que él le prometió hacerse cargo y contar la verdad de lo ocurrido la madrugada de 30 de diciembre de 2017, en Gualeguaychú, cuando Pastorizzo fue asesinado de dos balazos.
Por el homicidio, Nahir fue condenada a cadena perpetua el 3 de junio de 2018.
“Nahir quiere cambiarse el apellido de forma urgente. También se lo dijo a la psicóloga y a la psiquiatra de la cárcel y le aconsejaron ver a la asistente social. Insiste en que el padre fue el tirador y que ella es inocente”, le dijo Hermida Leyenda, de la Fundación Red de Contención, a Infobae.
La abogada, que con su ingreso logró dar un giro en la defensa de Nahir, recién el 12 podrá recibir su matrícula que la habilite a desempeñarse en Entre Ríos. Se ocupará de todas las causas de la joven de 23 años que está presa en la Unidad Penal Número 6 de Mujeres de Paraná.
Ayer recibió la visita de su abogada, que en su momento su intervención fue decisiva para que saliera a la luz la denuncia de Nahir contra su padre.
También denunció que el tío paterno de Nahir la abusó sexualmente cuando era menor. Y otra denuncia por violencia de género contra Galarza. Al mismo tiempo, pidió medidas de seguridad para Nahir, para su hermano, su madre Yamina y para ella.
Esas denuncias fueron incorporadas al expediente que tiene la Corte Suprema de Justicia, que tiene pendiente hacer una revisión de la causa. Pero su padre no dijo nada sobre el tema. Se separó de su esposa y fue a vivir a un campo en Gualeguaychú. Su hija no quiso que la visitara más.
“El motivo que la lleva a querer cambiarse el apellido paterno es que él le prometió hacerse cargo de todo y decir la verdad. Lamentablemente, no lo está haciendo y encima planifica otra nueva vida en Paraguay. Antes busca cobrar lo que según él le deben de la serie y el documental sobre su hija. Se dice que ya está con otra mujer. Voy a pedir que se le prohíba salir del país y su detención”, contó Hermida Leyenda, que desde el viernes 12 comenzará a ser la única abogada de la joven.
Además, reveló un detalle sorprendente: “La pericia balística está mal hecha. Y uno de los peritos criminalistas fue recomendado por la Policía de Entre Ríos a pedido de la Fiscalía y era uno de los colaboradores de Galarza. Un grupo de criminalistas de la defensa va a comenzar a analizar lo que declara Nahir sobre esa noche y cómo se efectuaron los disparos. Porque el informe criminalístico no coincide con la declaración de Nahir. Ella, y esto no lo sabe nadie, lo único que hace con la mano derecha es escribir. El resto de las cosas, pintar, vestirse, comer, lo hace con la izquierda. Si uno le tira una pelota, la agarra con la izquierda. Yo le tiré una lapicera y la tomó con esa mano. No escribe con la izquierda porque cuando era chica no la dejaron. Su padre le dijo que no dijera que era zurda. Esto es fundamental porque quien le disparó a Pastorizzo es diestro”.
Nahir nunca más quiso volver a ver a su padre. “Me siento traicionada. Además de no decir la verdad, que él mató a Fernando, no se movió como debía moverse por el tema con mi tío”, piensa Nahir. En su momento, pidió que protegieran a su madre. “Porque en la familia de mi papá son todos policías”, argumentó.
Que quiera cambiar de apellido es algo que no sorprende si se recuerdan algunos de los casos policiales más resonantes de la Argentina. La hermana de los hermanos y parricidas Pablo y Sergio Schoklender se cambió el apellido. Una prima de Carlos Eduardo Robledo Puch también se lo cambió y el mismo Robledo Puch, asesino de once personas, pensó en cambiar de identidad para “ser otro” y que la prensa y los jueces lo dejen en paz y salir en libertad. Un hermano de Arquímedes Puccio, el siniestro secuestrador y asesino, no usó ese apellido manchado con sangre.
Nahir había pensado llamarse de otra manera hace unos meses. En su celda escribió un libro de poemas. Lo había firmado Nahir Kroh.