Los controles de las fuerzas de seguridad estaban abocados a custodiar a los más de 20.000 fieles que marchaban desde distintos pueblos y parajes en sus caballos y carruajes. Durante un rastrillaje por la zona, los efectivos de Gendarmería encontraron la droga escondida en un monte, cerca de la ruta 12, donde arribaron los fieles, que desde hace 119 años repiten ese ritual religioso. En tanto, en la ciudad de Corrientes, los gendarmes secuestraron una ambulancia con 376 kilos de marihuana en la que viajaban un médico, un enfermero y un falso paciente
Fuentes de la investigación señalaron que este tipo de maniobra, en la que usaban a pacientes falsos como coartada, fue realizada varias veces por esa organización criminal descubierta en la capital correntina. Apenas se topaban con un control de la Gendarmería o policial en ese límite entre Corrientes y Chaco que representa el Puente General Belgrano, el conductor de la ambulancia se apoyaba en una supuesta urgencia médica para evitar cualquier inspección. Mientras en la ciudad de Corrientes una banda -supuestamente comandada por un médico que tenía una firma de servicios privados de salud y transporte sanitario- apelaba a ese truco de la ambulancia, en la siempre conflictiva zona de Itatí otro grupo narco intentó esconder el movimiento de la droga como parte de la masiva peregrinación prevista para esta semana.
Esa zona del litoral está en el blanco de la Justicia y de las fuerzas de seguridad desde que se empezó a investigar a las organizaciones narco y la red de complicidad que funcionaba desde hace más de una década en esa región, considerada la puerta de entrada de la marihuana que se cultiva en Paraguay, el primer productor de cannabis de Sudamérica.
En la llamada causa Sapukay hay 28 personas procesadas, entre ellas el exintendente de Itatí Roger Natividad Terán, el exvice Fabián Aquino, y una cadena de contactos que alcanza a gendarmes, policías federales, como el comisario de Itatí Diego Alvarenga, el prefecto Julio Saucedo y el gendarme Gabriel Alcaráz, y el subcomisario de la Policía Federal Rubén Ferreyra junto con el sargento Carlos López.
El exjuez federal Carlos Soto Dávila, quien está bajo arresto domiciliario, y sus dos secretarios Pablo Molina y Federico Abreu, fueron procesados el 21 de diciembre pasado por supuesto cobro de sobornos de los narcos de Itatí, liderados por Federico Marín, detenido el 12 de octubre pasado, tras permanecer prófugo más de 18 meses.
Este engranaje que movía los cargamentos de marihuana producida en Paraguay hacia Corrientes y después a siete provincias del interior parece seguir funcionando, a pesar del refuerzo de los controles en la frontera fluvial del Paraná que separa a los dos países.
Narcoambulancia en el Litoral. Crédito: Prensa Gendarmería
Ante los patrullajes más estrictos en esa región, los narcos pensaban camuflarse entre los rezos de los fieles para poder movilizar el cargamento desde Itatí.
A los narcos de ese pueblo correntino que tiene 9000 habitantes no les interesaba la liturgia religiosa, que está muy incorporada en la historia de esa región, sino aprovechar la multitud que llegaría a Itatí este fin de semana y de esa manera tener un canal liberado para sacar de Itatí el cargamento de 800 kilos de marihuana. Por eso, ocultaron las bolsas con cannabis que había sido cruzado por el río Paraná, proveniente de Paraguay, el principal productor de marihuana de Sudamérica, en un monte cercano a la ruta 12. "Generalmente lo que hacen es ocultar el cargamento en el monte. Allí acopian la droga para después sacarla de distintas formas", sostuvo el fiscal Flavio Ferrini. Los efectivos que detectaron el cargamento debieron esperar si alguien pasaba a buscarlo. Pero los Biguá, una especie de vigías que trabajaban para las bandas, alertaron a los narcos, que dieron por perdida la carga. Y la abandonaron.
Narcoambulancia en el Litoral. Crédito: Prensa Gendarmería
Fuentes de la investigación señalaron a LA NACION que la idea era aprovechar que los puestos de la policía y de la Gendarmería estaban enfocados en controlar la seguridad de los peregrinos que a caballo y en carruajes llegaron a Itatí durante las últimas horas desde distintos puntos de las provincias del noreste.
La maniobra apuntaba a que esos bultos de marihuana fueran retirados del monte y salieran en medio de la procesión rumbo a las ciudades del centro del país, donde se vende ese estupefaciente. Los efectivos del Escuadrón 48 de Gendarmería descubrieron el cargamento dividido en 24 bolsas ocultas en un pozo entre los árboles.
Unas horas después del secuestro del cargamento en Itatí ocurrió otro hallazgo llamativo en Corrientes, donde la Gendarmería encontró 376 kilos de marihuana ocultos en el techo de una ambulancia que pretendía cruzar el puente que une esa provincia con Chaco.
Narcoambulancia en el Litoral. Crédito: Prensa Gendarmería
En el interior de la ambulancia iban cinco personas, entre ellos una mujer que se presentaba como paciente de una urgencia, un chofer y una supuesta enfermera y un médico. En el techo iban camuflados 369 paquetes de marihuana, ocultos en el interior de la ambulancia que tenía el logo de la empresa Servimed. Fuentes de la investigación señalaron que esta metodología de tráfico en estas ambulancias es realizada desde hace tiempo. Cuando los gendarmes pretendían detener para un control a la ambulancia, un médico exhibía certificados adulterados que señalaban que el paciente debía realizarse en Resistencia estudios coronarios de urgencia. Así conseguían eludir los controles.
El 2 de mayo de 2018 ocurrió un hecho parecido en Formosa. En un control de rutina, efectivos de Gendarmería descubrieron 84 kilos de marihuana en el interior de una ambulancia del gobierno formoseño, que trasladaba a una niña para ser operada en el Hospital Garrahan de Buenos Aires.