El acusado, de 48 años, fue imputado por los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante por su duración, agravado por la guarda y la convivencia y corrupción de menores, abuso sexual gravemente ultrajante por su duración y corrupción de menores y abuso sexual gravemente ultrajante por su duración y corrupción de menores agravada.
En base a los elementos obtenidos durante la investigación, el imputado acometió en primer lugar contra una de sus sobrinas desde que tenía 7 años, aprovechando que la menor vivía en su domicilio por haberla dejado los padres a su resguardo por un viaje de urgencia. Continuó con su conducta abusiva hasta que la niña cumplió 11.
En segundo lugar se vislumbró un acometimiento sexual gravemente ultrajante contra de otra sobrina, de quien abusó en reiteradas oportunidades desde que la menor contaba con 7 años y hasta los 8.
Por último, el requerimiento incluyó un acometimiento sexual gravemente ultrajante contra la tercera sobrina, desde que la menor tenía 7 años y hasta los 11.
El fiscal González Miralpeix sostiene que el imputado, mediante conductas corruptoras, pretendió alterar el desarrollo normal de la sexualidad de las víctimas, quienes eran, en aquel momento, menores de 13 años. Sobre una de ellas, se agravó su conducta por el aprovechamiento de la situación de guarda y convivencia.
La denuncia fue radicada por el padre de una de las menores, tras enterarse por una hermana que mientras veían por televisión la noticia de un hombre que iría preso por abuso sexual, la menor expresó “ojalá que al tío también lo metan preso”.