Con este primer paso, la justicia pudo conocer que el audio estaba editado, con lo cual comenzaron a conocerse detalles y determinadas frases que no fueron difundidas, las que posteriormente comenzaron a tomar relevancia.
En seguida, se ordenaron una serie de informes a la policía en busca de poder establecer la identidad de las personas que se mencionan en el audio, lo que demoró a la policía, no tanto por lo engorroso del caso, sino por la talla del, hasta entonces, principal protagonista de esta historia: Gustavo Sáenz.
Con la entrega de los informes, la fiscalía no demoró en pedir los allanamientos y las detenciones, procedimientos que se concretaron en cuestión de horas. Los policías cuentan que al detener a Tolava, éste confundió a los efectivos, quienes estaban vestidos de ropa informal, como hombres de Delaloye. “Ustedes trabajan para Delaloye”, adujo antes de ser esposado.
De su vivienda, los efectivos secuestraron varios elementos, entre ellos un teléfono celular, el cual está siendo peritado junto a los aparatos que se le secuestraron a Delaloye y Urzagaste, cuando se realizó las correspondientes detenciones.
Posteriormente, y una vez identificada, la periodista María Emilia López Fadel, la misma fue citada a prestar declaración testimonial, acto procesal que ya fue cumplido. Según lo trascendido, la joven apoyó la versión de Delaloye, y trató de tomar distancia del ex convicto.
Lo propio hizo el guardiacarcel que trabaja para los hermanos Delaloye, quienes lo contrataron para que se haga cargo de la seguridad de un boliche. Este testigo también declaro y, coincidente con Fadel, evitó perjudicar al hermano del empresario. También declaró el periodista que entrevistó al sicario.
La defensa entra en acción
En medio de estas diligencias, los abogados René Gómez y Luciana Andolfi, no tardaron en subirse al ring mediático y, desde allí, comenzaron a pelear el caso con declaraciones y conferencias de prensa, en las cuales apuntaron contra Tolava, la fiscalía y se mostraron más cautos con la jueza de garantías 8, Claudia Puertas, quien interviene en el caso.
Los abogados plantearon un inmediato pedido de libertad, pero la jueza no lo resolvió y Delaloye y Urzagaste quedaron tras las rejas. A los pocos días, los letrados volvieron a la carga con otro planteo de eximición de prisión, pero tampoco fue respondido.
El fundamento para mantener la detención de ambos acusados, según surge del expediente, gira en torno a lo que los operadores judiciales llaman “entorpecimiento procesal”. En concreto, la fiscalía solicitó que sigan detenidos a fin de evitar que los acusados se desaparezcan, como así también influyan en los testigos.
Están detenidos desde hace 13 días, por lo cual la fiscalía debe solicitar la prisión preventiva o, en su defecto, aplicar medidas restrictivas de la libertad, entre ellas la obligación de no salir de la provincia y presentarse a firmar una planilla una vez cada quince días o más. El límite son los 15 días, lo que se cumple el viernes.
A las puertas de que se cumpla dicho paso, la defensa espera que la fiscalía avance esta semana con el pedido de prisión preventiva, instancia que seguramente será apelada y el asunto llegue a la jueza de garantías a fin de que se incline por una u otra variante.
Fuente: Informate Salta