Parece que cada vez que hay partidos de fútbol en Salta, todas las normas viales, de seguridad y tránsito dejan de tener efecto. En ese sentido, se avala que cientos de hinchas viajen de la manera que mejor les parezca, ya sea colgados de la caja de camiones que difícilmente pasen cualquier control para circular, tomando cerveza o vino, en moto de 3 o 4, y sin casco. Es decir, todo vale con tal de que los hinchas que generalmente se juntan en las puertas del club, se dirijan a la cancha donde se dispute un encuentro futbolístico. Cabe aclarar que esto ocurre con todos los clubes de fútbol, tanto en la Capital como en el Interior.

En este caso, son los antonianos quienes se reunieron en la previa al encuentro con Gimnasia y Tiro por la Copa Argentina, a "hacer el aguante" en la puerta de su club, donde entre cánticos y bebidas alcohólicas de todo tipo, decenas de hombres, mujeres y niños esperaban viajar en patota al estadio de la Vicente López. 

Llegado el momento, varios camiones volcadores, totalmente obsoletos, y en pésimo estado, comenzaron a llenarse de fans del Santo, que de a montones se cuelgan de la caja, llevando banderas, bebidas, bombos. En muchos casos viajan en el techo, o con medio cuerpo fuera del vehículo. Otros, en tanto, deciden acompañar esa procesión en sus motos particulares, en muchos casos con más de los 2 ocupantesmáximos permitidos y obvio, sin casco, para poder cantar más fuerte.

Pero todo esto ocurre no sólo a la vista de la Policía, sino que los efectivos montan un operativo resguardando el desplazamiento de estos hinchas, y se arma un diagrama de recorrido.   
 

Claro, el caso de un hombre que junto a su pareja querían subir a uno de esos "mamotretos" repletos de hinchas en la intersección de Leguizamón y Uruguay, que casi termina en una tragedia hace rever estos casos. 

Pudo terminar mal y hoy estaríamos lamentando una muerte.  Pero cuando el joven pierde el equilibrio, cae pesadamente a la cinta asfáltica y una rueda le aplasta un pie, su novia se tira del camión y sufrió fractura en rodilla y tobillo. Un caos que pudo terminar peor. 

¿No será hora de rever esos operativos que cuidan a los hinchas (vaya uno a saber de qué) en vez de hacer cumplir las normas viales y de tránsito?