El cura Eduardo Lorenzo, acusado de haber abusado sexualmente de menores de edad durante los últimos 30 años, se suicidó anoche en La Plata, luego de que la jueza de Garantías Marcela Garmendia ordenara su detención.
La detención se activó, al menos en la formalidad, dos semanas después de que declarase ante la fiscal Medina la quinta víctima de Lorenzo, un hombre de 44 años, empresario gastronómico, que aseguró que fue abusado por el sacerdote a principios de la década del 90.
Esta detención era una medida que esperaban hace meses las víctimas y sus familiares, y que había reclamado la fiscal Ana Medina en octubre pasado, pero Garmendia la hizo efectiva recién anoche, después de incorporar al expediente las pericias psicológicas hechas a Lorenzo y al primero de los denunciantes.
La detención se activó, al menos en la formalidad, dos semanas después de que declarase ante la fiscal Medina la quinta víctima de Lorenzo, un hombre de 44 años, empresario gastronómico, que aseguró que fue abusado por el sacerdote a principios de la década del 90, cuando él tenía apenas 16.
Según declaró, sufrió abusos por parte de Lorenzo entre 1991 y 1992 en la parroquia San José Obrero, de Berisso, y en la iglesia San Benito, en Olmos.
La primera denuncia contra Lorenzo fue en 2008, cuando Diego Pérez (27) acusó a Lorenzo por los abusos. Pero la causa fue archivada por la propia fiscal Medina, dado que el relato del denunciante, que en ese momento era menor y estaba patrocinado por sus padrinos, no contenía elementos suficientes, a su criterio, para continuar el caso.