En el día de ayer finalizó el juicio por el homicidio de Jimena Salas y los únicos dos imputados quedaron en libertad por el “beneficio de la duda”: Nicolás Cajal Gauffin, el viudo y Sergio Vargas, un vendedor ambulante. Vargas habló en Radio Pacífico y contó la tranquilidad que siente al estar libre después de dos años tras las rejas.
“Ahora estoy bien, tranquilo. Me voy a reencontrar con mi familia, siento felicidad más que nada. En estos dos años sentí mucha angustia de no poder ver a mi familia. Siempre hice las cosas bien y de golpe, de la noche a la mañana, me metieron preso por algo injusto”, sostuvo Vargas.
Además, aseguró, una vez más, que es completamente inocente, que no sabía lo que había pasado y que él estaba ahí vendiendo sandalias como hacía siempre. “Nunca supe nada, nunca vi nada, estaba enfocado en vender y nada más. Si hubiera sabido que me iba a pasar esto iba con una cámara y filmaba todo, pero uno no es adivino, me pasó a mi como le podía pasar a cualquier otro”, dijo.
Finalmente, agregó que le hubiese gustado ser absuelto lista y llanamente y no por el “beneficio de la duda”. “Yo siempre estuve tranquilo, sabía que nunca iban a encontrar nada. Ahora estoy enfocado en ver a mi familia y a mis hijos, no le guardo rencor a nadie. Ellos estaban desesperados y querían cerrar el caso como sea”, manifestó el vendedor.