Dos policías, el sargento Cristian Vargas y el suboficial mayor Víctor López, salvaron la vida de una niña de tres años. El milagroso accionar se desarrolló el miércoles cerca de las 15 en el barrio Primera Junta, zona sudeste de Salta capital. En el marco de los habituales patrullajes, los efectivos deambulaban a bordo del móvil 1696 cuando y, tras doblar en una esquina, observaron la desesperación de una madre con su hija en brazos. Gracias a las maniobras de reanimación la menor logró sobrevivir.

En medio de una zona donde los incidentes de diferente índole proliferan a diario, el miércoles Vargas y López tuvieron que poner de relieve lo que aprendieron en los cursos y talleres de primeros auxilios. "Fue un momento de mucha tensión, la madre de la menor no podía hablar, estaba en shock, atrás de ella salió la abuela quien si bien también estaba nerviosa, logró contarnos lo que tenía su nietita", le dijo a El Tribuno el sargento Vargas.

Previo a narrar lo que hicieron para salvar a Jazmín, los uniformados señalaron: "Estábamos circulando en el móvil policial junto a mi compañero por el barrio Primera Junta, en ese momento llegamos a la altura de la manzana 515 B y al doblar en la esquina vimos a una mujer de unos 22 años con una nena en brazos que se estaba desvaneciendo, no podía respirar".

En conocimiento de lo que ocurría con la niña pusieron en práctica la técnica de "Heimlich", compresiones abdominales. Se trata de un procedimiento de primeros auxilios para desobstruir el conducto respiratorio de una persona. Por lo general, según especialistas médicos, dicho conducto suele bloquearse con un trozo de alimento o algún objeto que por su contextura, entre otros factores, impide el funcionamiento normal. Se trata de una técnica efectiva que sirve justamente para salvar vidas en situación de asfixia por atragantamiento.

"Después que la abuela nos informó que su nieta se había atragantado con un caramelo, al parecer fueron dos -tipo fizz-, con mi compañero nos dispusimos a realizar la técnica para tratar de desbloquear a la menor. Fueron momentos de mucha tensión, la madre de la niña no paraba de gritar, los vecinos comenzaron a salir alertados por la situación", volvió a recordar el sargento Cristian Vargas.

"Realizamos la técnica de Heimlich que nos enseñaron en los cursos de capacitación, es para que la persona expulse el o los elementos que pudiera tener en su vía respiratoria. La agarré a la nena en forma horizontal y con mi compañero comenzamos a hacerle la técnica de expulsión", agregó el policía. Al cabo de unos "cinco minutos aproximados" y varios intentos, Jazmín, al borde del desmayo, logró expulsar el objeto. "Tiró un caramelo grueso y al parecer duro, la chiquita casi no respiraba y se estaba poniendo morada. Gracias a Dios le pudimos sacar la obstrucción que tenía", sostuvo con el alivio de haber llevado a cabo una exitosa práctica para salvar la vida de una menor.

Luego de las técnicas efectuadas, los uniformados del Sector 6, perteneciente a la base operativa del barrio Democracia, a cargo del coordinador comisario inspector licenciado Guido Burgos, subieron al móvil a la menor junto a su madre y la trasladaron urgente al Centro de Salud del barrio Solidaridad. "Ahí la niña fue atendida por la enfermera Irma Velarde, quien comenzó a revisarla y le hizo algunos masajes en la zona del cuello y el tórax para mejorar su respiración", sostuvo Vargas.

Al cabo de algunas horas, cerca de las 16.30, ingresó un llamado al Sistema de Emergencias; era la madre de Jazmín, quien con la paz de saber que su hija estaba bien agradeció el accionar de los policías López y Vargas, quienes actuaron con la celeridad y eficacia requerido por el hecho en cuestión. En medio de tantas pálidas en contra de la cúpula policial, el final feliz de lo sucedido en Primera Junta viene a ser un bálsamo de tranquilidad para la institución azul.