Un episodio casi sacado de una película es el que protagonizaron 6 de los 29 detenidos de la Comisaría 45 de la localidad norteña de Tartagal, quienes se fugaron de la dependencia mientras se realizaban tareas de desinfección por el COVID-19.

En medio de la búsqueda de los prófugos, uno de estos utilizó las redes sociales para afirmar que es inocente del robo por el cual había sido detenido, que su arresto se debe a una “causa armada” y pidiendo “justicia verdadera” en su situación.

El fugado es Federico Montes quien, por su cuenta en la red social Facebook, apuntó contra “el señor policía Mayor Ortíz y sargento Centeno Jairo” junto a otros uniformados a quienes señaló por intimidar a un sujeto “a que me denunciara mintiéndoles que fui yo quien le robó”.

Según agregó, lo acusaron del robo de una riñonera con $20.000 en su interior. Sin embargo indicó que ese dinero era de su propiedad “de la comercialización de coca de coquear y cigarrillos”, afirmando tener como pruebas fotos y videos donde se lo ve usando dicha riñonera “como suelo hacerlo siempre”, se defendió.

A esto afirmó que la persona que lo denunció “no tiene culpa alguna porque se dejan llevar por la policía”. No obstante agregó que “no se dan cuenta del daño que causan a través de esa falsa denuncia, sufriendo mi madre, padre, mis hijos y hermanos”, recordando que realizaron 4 allanamientos en casas de sus familiares, “todos negativos”.

Del mismo modo, Montes aseguró que un juez lo amedrentó. “Me amenazó diciéndome que no saldré más porque tengo tres condenas; sí, es verdad, tengo tres condenas pero todas cumplidas de forma efectiva”.

Finalmente, el fugado adelantó que “no bajaré los brazos hasta que se haga justicia, pero justicia verdadera (..) si me quieren matar pues haganló, que prefiero morir que estar injustamente” detenido.