Padre de dos hijos varones, Gustavo Reales de 30 años hace más de un mes que no pega un ojo. El tormento de tener un hijo desaparecido cambió su vida. El mayor de los hermanos desapareció en las aguas del río Bermejo cuando se bañaba junto a otros tres menores y sus tíos. "Estaban -sus dos hijos- en una finca con mis viejos de vacaciones, mi hermano y un amigo lo llevaron a pescar. Se estaban por volver cuando mi hijo mayor decidió tirarse de nuevo al agua y no lo vieron más", contó con el dolor a flor de piel el padre de la víctima a El Tribuno.
El lunes 19 de febrero cerca de las 17 la correntada del Bermejo volvió a tragarse una persona, esta vez un niño de 9 años. A pesar de no saber nadar el menor se metió a las peligrosas aguas para ser parte del divertimento junto a los otros chicos, mientras los mayores hacían un alto en la pesca.
Fue la primera vez que los hijos de Reales fueron de pesca, "justamente por el peligro que significa ese lugar nunca me animé a llevarlos", sostuvo. Tras un buen rato, los cuatro menores salieron del río para secarse y cambiarse. "Mi hermano se había ido a levantar el anzuelo a unos 50 metros de los chicos, cuando de repente mi hijo se tiró una vez más". La desesperación y tristeza comenzaban a apoderarse de quienes tuvieron que padecer en carne propia ese tormentoso momento en el río Bermejo, cerca de la finca del Pelícano.
Nelson (28), hermano de Gustavo, sin saber nadar desesperado comenzó a correr hacia el lugar donde cayó y desapareció su sobrino. El otro muchacho se metió al río con un palo tratando de socorrer al niño de 9 años. "Mi primo se tiró pero no pudo hacer mucho, la correntada se lo llevó muy rápido". A medida que avanza el relato de la historia, el tono de voz del padre de la víctima es cada vez más bajo. Al parecer, desesperados por salvar a Nahuel, siguieron el curso del agua por algunos metros, "mi primo se volvió a tirar pero ya lo habían perdido de vista", dijo Gustavo Reales.
Una mezcla de desazón, tristeza, temor e incertidumbre obnubiló por algunos segundos a los jóvenes a cargo de los niños. Tras intentar el rescate, volvieron a la finca para contar lo que había pasado a los abuelos de Nahuel Reales. Luego fueron hasta la dependencia policial. "Hasta hace una semana lo buscamos, incluso con un grupo de pescadores, y todavía no aparece", dijo el padre.
Buscando al menor, encontraron tres cuerpos de hombres mayores
Una vez enterados de la horrible situación, la familia de Nicolás Nahuel Reales, de 9 años, salió a buscarlo. Ese mismo día -lunes 19 de febrero- la Policía nos dijo que ya no podían salir porque era de noche -eran cerca de las 20- así que decidimos improvisar unas balsas con gomones de tractor y nos metimos al río”, dijo Gustavo. Recién al tercer día -jueves- la división de Bomberos y policía Lacustre salió en la búsqueda del menor, según contó su padre. “Dejaron que pasara mucho y cuando decidieron meterse hicieron solo 500 metros”, apuntó el joven padre.
En medio de la angustia, la familia Reales decidió hablar a un grupo de pescadores, conocedores del lugar, para potenciar la búsqueda. En el transcurso “encontramos tres cuerpos, uno de ellos era el de un hombre de Bolivia que estaba siendo buscado, decían que posiblemente había viajado a Buenos Aires. Los tres cuerpos de hombres mayores”, expresó Gustavo Reales.
Padre soltero, hace cuatro años que Gustavo padece de insuficiencia renal y el día del lamentable episodio tenía que hacerse diálisis. Vive con su abuela en el barrio Libertad de Orán y actualmente, además de estar desesperado por encontrar a su hijo mayor, se encuentra desempleado.
“Necesito que me ayuden, quiero encontrar a mi hijo, tengo esperanzas de que haya pasado para el lado boliviano -Los Naranjitos-, al frente hay unas cañas donde incluso vive mucha gente”. También necesita llegar al lado boliviano de la frontera, “a través de la Policía solicitamos el helicóptero de Gendarmería, pero no nos dieron respuestas”.
Fuente: El Tribuno