Por primera vez en la historia de la ciudad una mujer inauguró el periodo de sesiones ordinarias en el Concejo Deliberante. En su discurso, Bettina Romero hizo hincapié en los desafíos sociales y económicos que afrontará, pero también se acordó de la herencia que recibió de Gustavo Sáenz.

En sus primeras palabras ante los concejales y funcionarios provinciales, la jefa comunal aseguró que alcanzar una ciudad “solidaria e inclusiva” forma parte de sus tres ejes centrales.

“La inclusión y la perspectiva de género son principios rectores de este gobierno”, dijo Romero y enfatizó que la gestión municipal ayudará “a derribar uno a uno los prejuicios que nos separan”.

Después de semanas de tensión con el gobierno provincial, Romero también se refirió a la herencia recibida y a la necesidad de trabajar “sin mezquindades”.

“Necesitamos mirar dónde están las necesidades de Salta. Hablar de las necesidades. No incomodarnos al decir que el municipio viene funcionando con falencias desde hace por lo menos más de 20 años”, expresó Bettina desde el estrado de presidencia del Concejo.

En relación a esto, la intendenta afirmó que en estos meses su gestión logró salir de una discusión “en la que muchos, cuidando sus propios beneficios” querían encerrarlos. “No llegamos acá para discutir cuestiones internas o intereses de unos pocos”, agregó.

La situación financiera también se hizo presente en el discurso de la jefa comunal. Romero dijo que para brindar servicios de calidad, el municipio requiere de recursos para solventarlos. “A la Municipalidad cada día se le exigen mayores responsabilidades y tareas, para lo cual se requieren mayores recursos, lo que en la actualidad no está sucediendo”, remarcó.

Entre las principales promesas que anunció, la intendenta hizo hincapié en la creación del Observatorio de Datos Estadísticos Socio-Urbanos de la ciudad.

Según los dichos de Romero este organismo servirá sistematizar información clave para el diseño e implementación de programas “más eficaces”.