“Mañana lunes voy a presentarme en Comodoro Py, como lo hice ante cada requerimiento judicial. A lxs compañerxs que querían movilizarse para acompañarme, les pido por favor que no lo hagan (sic)”, escribió ayer en su cuenta de Twitter Cristina Fernández de Kirchner, confirmando que hoy concurrirá a Comodoro Py en respuesta a la cuarta citación del juez Claudio Bonadio para prestar declaración indagatoria, esta vez en la causa que se abrió por supuestas coimas detalladas en cuadernos de Oscar Centeno, ex chofer del ex ministerio de Planificación.
“Pongamos todo nuestro esfuerzo y energía en acompañar y ayudar a aquellxs que la están pasando muy, pero muy mal, en esta verdadera catástrofe económica y social que es el gobierno de Mauricio Macri (sic)”, señaló Cristina en el otro tuit.
El juez Bonadio sospecha que la ex presidenta encabezó el circuito de sobornos vinculados a la obra pública durante su gobierno, además de sus funcionarios e importantes empresarios. Pero, según anticiparon desde el entorno de la ex presidenta, presentará un escrito y no responderá preguntas.
Cristina irá sin el apoyo de sus fervientes seguidores, pero sí acompañada de su abogado Carlos Beraldi. Seguro que escuchará la lectura de la causa, dará al magistrado su escrito negando las acusaciones -dicen que pediría también la recusación del juez- y se irá rápido a su casa de Recoleta. Así sería de fugaz su paso por la Justicia, como lo hizo en las últimas oportunidades, en las que tampoco respondió preguntas ante los jueces que la indagaron.
Es que ella mantiene un enfrentamiento desde hace tiempo con el magistrado. La primera vez, a los cuatro meses de haber dejado el poder, ella objetó su ausencia y, apenas se hizo presente, ni le dirigió la mirada ni el saludo. Ahora, en la cuarta indagatoria, se supone que será lo mismo.
Otra vez
Bonadio fue el primer juez en convocar como acusada a la ex presidenta a los tribunales de Comodoro Py en abril de 2016, y ahora vuelve a ponerla en esa misma situación pero bajo circunstancias distintas. Y también en otro momento. Es que es el tiempo de la gestación de las candidaturas presidenciales para las elecciones de 2019, y cuando en las encuestas ella se perfila como una rival directa ante un eventual intento de reelección de su sucesor, Macri.
Al parecer, los movimientos de Bonadio están atados a situaciones que convivieron y no fueron aclaradas anteriormente, según publicó Clarín. “Si bien Bonadio llegó a la magistratura de la mano del peronismo, durante el gobierno de Carlos Menem y con el antecedente de haber sido subsecretario de Asuntos Legales de la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia, entonces a cargo de Carlos Corach, no ocultó en los tribunales, años después, sus diferencias políticas con el ala ‘progresista’ o de ‘izquierda’ del Partido Justicialista (PJ), supuestamente representada por el kirchnerismo”.
Cabe señalar que el juez Bonadio había sido nombrado en “la servilleta de Corach”, expresión que se hizo famosa en los años 90 y pintó de cuerpo entero el entramado entre el poder judicial y el poder político. Y hasta lo citan como el “magistrado emblemático de la justicia adicta al menemismo que aún conserva su puesto, 21 años después”.
Es decir que el encono con Cristina ya venía de antes de la primera citación a indagatoria por la venta de dólares a futuro en el tramo final de su gobierno, causa que tendrá su juicio oral y público seguramente el año que viene, en plena campaña electoral, aunque aparentemente es “menos peligroso” de lo que parece para la ex presidenta.
Un año antes, y en pleno ejercicio del poder, Fernández de Kirchner había llegado a calificar por cadena nacional a Bonadio de “pistolero, mafioso y extorsionador”.
El calificativo de “pistolero” empleado por la entonces presidenta refería al viejo episodio en el que Bonadio mató a balazos a dos ladrones que intentaron asaltarlo en el partido de Vicente López en setiembre de 2001. Lo de “mafioso” y “extorsionador” podría llegar a interpretarse por las idas y vueltas de la relación entre el magistrado y el kirchnerismo durante los 12 años y medio de gobierno de este color.
Al respecto, hubo “varios salvatajes mutuos”, tanto en el Consejo de la Magistratura, donde el juez estuvo en la picota y salió airoso por la mayoría kirchnerista, como en causas judiciales en la que los que estaban en problemas eran funcionarios de los Kirchner como el ahora detenido ministro de Planificación Julio de Vido, que zafó inicialmente en causas como “la tragedia de Once” o el pago de subsidios a las empresas de transporte, ambas radicadas en el juzgado a cargo de este magistrado.
Ya con Macri en el poder, Bonadio avanzó contra Cristina en otras causas, en las que también la imputó y la obligó a pasar nuevamente por Comodoro Py al llamarla a indagatoria.
Decisiones
Con la declaración de Cristina el juez Bonadio cerrará hoy su ronda inicial de indagatorias en la causa de “los cuadernos de las coimas”, y podría dictar acusaciones e imputaciones, e incluso ordenar la detención de la ex presidenta, de ex funcionarios y algunos de los empresarios influyentes que pasaron por su estrado, como Ángelo Calcaterra, el primer hermano del presidente Macri.
El viernes pasado, Carlos Wagner, ex presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, declaró como “arrepentido” e involucró a la ex presidenta como jefa del sistema de recaudación ilegal que él mismo contribuyó a armar.
A Bonadio le queda un paso más: pedir el desafuero y la detención de Cristina, trámite está congelado en el Senado.
Fuente: La Gaceta