La Escuela de Antropología de la Universidad Nacional de Salta emitió un pronunciamiento sobre la situación del pueblo wichí.
Tras la declaración de la emergencia sociosanitaria, los profesionales dijeron que todas las medidas apuntan a lo urgente, sin ofrecer respuesta alguna a los problemas estructurales que desencadenan estas situaciones.
“Claramente, la alarmante pérdida de vidas de niños indígenas también está advirtiendo sobre la pérdida de recursos básicos –incluyendo las fuentes tradicionales de agua– y del despojo de los territorios en los que las comunidades se han desenvuelto históricamente, tratándose de un indicador del abandono estatal y de violación de múltiples derechos humanos”, dice el comunicado.
Indicaron, además, que tanto organizaciones indígenas como sectores académicos vienen denunciando hace décadas la falta de garantías en la implementación de derechos de pueblos indígenas.
“A pesar de la existencia de legislaciones propicias, las sucesivas administraciones gubernamentales y los sectores privados violan cotidianamente estas leyes, acrecentando la vulnerabilidad de dichas poblaciones. Estas prácticas son acompañadas por expresiones racistas y discriminatorias por parte de funcionarios públicos –tanto del sistema político como del médico– que emplean argumentos culturalistas para culpar a las propias víctimas”. De esta forma se fomentan discursos que naturalizan las situaciones por las que atraviesan las poblaciones originarias, en vez de asumir una responsabilidad estatal histórica hacia las mismas.
Entendemos que la falta de reconocimiento del genocidio de los pueblos indígenas por parte del Estado-nación argentino, desde su conformación y hasta el presente, se expresa al continuar sosteniendo condiciones de explotación e insalubridad humana, generando desplazamientos forzados que tampoco garantizan condiciones básicas de vida.
Desde la Escuela de Antropología de la Universidad Nacional de Salta, denunciamos esta situación y repudiamos el agresivo avance de la frontera agropecuaria y la agroindustria que desmonta, fumiga, degrada los territorios indígenas, desaloja y despoja violentamente a las poblaciones. En este punto es importante dejar de lado la falacia que portan afirmaciones sobre el desarrollo de la gran industria agropecuaria: “desarrollo” que más bien aumenta la brecha de la desigualdad socioeconómica, fomenta la destrucción de bosques nativos y provoca migraciones forzadas.
“Sostenemos que la única forma de dar respuestas adecuadas a esta grave situación es no sólo aplicar las medidas que atienden urgencias, sino acompañar estos procesos a mediano y largo plazo. Ello requiere del involucramiento de los afectados, con protocolos de consulta y consentimiento válidos para las prácticas de los pueblos indígenas y la restitución de sus derechos”, indicaron.
Finalmente, pidieron implementar programas de reparación histórica de las vulneraciones de derechos para los pueblos indígenas de la totalidad de la provincia, ya que comparten estas realidades.