Volvió Elisa Carrió. A la Casa Rosada. Y a la Quinta de Olivos.
En medio de las “crisis” por la devaluación del peso y el aumento de tarifas, hizo de vocera del Gobierno. Como antes.
Venía de varias semanas de hacer declaraciones críticas contra algunos ministros y medidas gubernamentales. Y después viajó a Washington. Cuando volvió a la Argentina, Carrió volvió a ser una mujer del poder.
Aún no se vio con Mauricio Macri: “No quiero molestarlo”, repite en la intimidad, según reconstruyó Clarín gracias a interlocutores que la vieron en las últimas horas.
Se pone firme cuando define cómo actuará en esta coyuntura frenética: “Nunca voy a romper con el Presidente. Jamás. Voy a defender la República. Voy a defender a Macri pero si tengo que hacer una denuncia, la haré. No esperen de mí otra cosa".
Carrió se entrevistó el jueves 3 con el ministro de Energía Juan José Aranguren. Empezaba a gestarse el récord de la devaluación del peso durante la gestión Cambiemos.
A pesar de que lo había criticado en público, Carrió se “amigó” con Aranguren. El funcionario le dio información sobre el nuevo esquema de las tarifas y, lo que mas le interesaba a ella, sobre cómo se implementaría el control a las empresas del sector.
Después, ya en la Casa Rosada, habló con el asesor presidencial Fulvio Pompeo y con el secretario de Reforma Institucional Fernando Sánchez.
"Si hay un gesto, es que yo estoy en la Casa Rosada y quiero llevar tranquilidad a toda la sociedad argentina”, declaró ante los periodistas ese día de nervios. El dólar alcanzaba los 23 pesos de cotización.
El viernes 4 almorzó en Olivos. Estuvieron con ella, dos horas, el jefe de Gabinete Marcos Peña y sus dos subalternos, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, y otra vez Fernando Sánchez.
Más tarde llamó para darle su apoyo al presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger. Intercambiaron opiniones. Carrió lo defenderá.
Aunque también, como avisó, señalará las medidas de Gobierno que considere equivocadas.
Según fuentes de la Coalición Cívica, la diputada hará sonar su voz portentosa en la sesión de Diputados en la que la oposición intentará imponer su proyecto de bajar las tarifas. Carrió está convencida que ese plan es irracional y casi desestabilizador.
Lo advirtió en un tuit: “No pueden hablar quienes se robaron el país y vaciaron el Banco Central de manera fraudulenta”.
Pero también quiere asegurarse de que los entes reguladores de las empresas eléctricas empiecen a funcionar en favor de los usuarios.
La diputada empezó a trabajar en acuerdo con Macri.
El sábado 5 la diputada habló en el programa Sábado tempranísimo, de Radio Mitre. Envió mensajes en varios sentidos.Les pidió a los ahorristas que tengan calma y no corran a comprar dólares.
Afirmó que la situación se controlará. Y marcó diferencias con el estilo de Gobierno. Piensa que es trascendente que se actualicen las tarifas, pero disidente en el modo en el que se tomó esa medida en un principio: “Hay que acomodar la economía pero no con ajustes brutales de un día para el otro”.
Apuntó (y en eso está trabajando) a los detalles de cómo fueron las operaciones que hicieron subir al dólar el jueves pasado.
“Estuve haciendo inteligencia financiera, tengo todos los datos. Hay que empezar a hacer eso sobre quienes actúan contra el país con las corridas”, dijo.
Carrió conoce el mundo financiero. Trabajó años sobre casos de posible lavado de dinero.
Sus fuentes, siempre diversas, incluyen a importantes empresarios y a relevantes operadores de ese ámbito.
Por eso sabe, de forma fehaciente, que durante la última hora del jueves 4, cuando aún funcionaba el llamado mercado a futuro de la divisa norteamericana (una operación que permite comprar el billete verde pero para venderlo dentro de un tiempo determinado), el banco Meridian hizo una compra de un millón de dólares que provocó un aumento súbito de su cotización,de 60 centavos.
Para Carrió, esa operación debe estudiarse: la considera sospechosa.
El Meridian tiene nuevos accionistas que no son sus fundadores. Uno es el Grupo Inversor Dorrego y el otro Jorge Bertero, un empresario que, como sus socios, tiene sus bases de operaciones en la ciudad de Rosario.
Y una historia de vaivenes judiciales.
El Meridian quedó involucrado en la causa por la que la jueza María Servini procesó a varios ex jefes de Gabinete K que manejaron el plan oficial “Fútbol para Todos” (FPT).
Según denunció Carrió, los clubes de fútbol recibían cheques de la AFA que provenían de fondos públicos. Y los cambiaban en financieras para obtener dinero en efectivo aunque con descuentos.
Otra legisladora que impulsó ese expediente fue Graciela Ocaña.
El ex jefe del departamento de riesgos del Meridian, Marcelo Massan, declaró bajo juramento en la causa.
Entre muchas otras cuestiones, explicó esta: “El cheque sale de AFA, va a un club o tenedor del cheque, este lo lleva a la cooperativa y luego la cooperativa lo entrega al banco, que lo mantiene hasta la fecha de vencimiento para su depósito. La tasa aplicada por el banco a la cooperativa varía en función del mercado y de la operatoria general de la cooperativa”.
Según Massan, podía asegurar que al menos 2 clubes participaban de esas operaciones: Colón de Santa Fe y Quilmes, manejado por el ex jefe de Gabinete K Aníbal Fernández. Este ex funcionario fue procesado en el caso FPT.
El Meridian tenía contactos con la política.
Eso cree Carrió.
Y se suma otra historia aún poco clara.
En 2014 la jueza Sandra Arroyo Salgado ordenó 64 allanamientos que tuvieron al Meridian como eje. Por pedido de la AFIP, se investigaban maniobras presuntamente irregulares por 15.000 millones de pesos que pasaron por financieras y por el banco de la polémica.
Carrió ahora vuelve a apuntarle al Meridian, que actuó el jueves 4, aunque dentro de los marcos de la ley.
Para la diputada, sin embargo, su accionar es suspicaz.
Como Macri, pero a su modo: así se mueve hoy la jefa de la Coalición Cívica.
Estudia qué fue lo que pasó para que suba el dólar como subió. Y piensa cómo morigerar en favor de los consumidores el impacto del aumento de las tarifas.
Habrá que escucharla esta semana.
Desde su banca de diputada.
Fuente: Clarín