El presidente Mauricio Macri convocó ayer a "todos los sectores" a trabajar por "un gran acuerdo" que permita "acelerar" la reducción del déficit, "para crecer" y bajar la inflación y, tras ratificar al equipo económico, admitió que fue "muy optimista" al momento de imponerse metas "altamente positivas".
"Claramente esta semana, el mundo ha decidido que la velocidad en que nos comprometimos a reducir el déficit fiscal no era suficiente y por eso tenemos que acelerar", afirmó Macri durante una rueda prensa en la residencia de Olivos, en la que consideró "superada la turbulencia cambiaria" de los últimos días.
En ese sentido, pidió "trabajar entre todos para lograr una reducción del déficit fiscal, para crecer y reducir la inflación" y convocó a "todos los sectores" para lograrlo, puntualizando en la discusión sobre el presupuesto para el próximo año y confirmando que ese diálogo contempla tanto al sindicalismo como al kirchnerismo.
Aclaró que esa convocatoria por el momento solamente incluía la discusión presupuestaria y que a partir de avanzar en ese sentido se verá la posibilidad de extenderlo hacia otros temas: "Lo primero es empezar por este presupuesto y después ojalá que en esta dinámica, si tenemos éxito con esto, vamos a estar listos para lograr cosas mucho mejores o más específicas de cada sector".
Macri, en ese sentido, insistió además en que los gobernadores, los legisladores nacionales y el Gobierno tienen que "sentarse alrededor de una mesa" y llegar a soluciones, porque hoy "el Estado gasta más de lo que tenemos y esa carga nos genera vulnerabilidad y dependemos de que el mundo nos preste dinero para financiarlo".
"Tenemos que alcanzar un gran acuerdo para ver cómo hacemos para terminar esta historia del déficit fiscal. No podemos seguir con parches y mentiras", subrayó el titular del Ejecutivo nacional, en una rueda de prensa que extendió por más de media hora y tuvo en primera fila al jefe de Gabinete, Marcos Peña, y a sus coordinadores Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, entre otros. El Presidente aseguró que "es el momento de que hablemos con la verdad, sin atajos ni parches" y que "es responsabilidad de los dirigentes", pero confió en que se va a llevar adelante un diálogo "como nunca antes en la historia" para combatir el déficit fiscal y "consolidar los siete trimestres que llevamos de crecimiento".
También tuvo lugar para la autocrítica cuando dijo haber sido "muy optimista" y fijar "metas altamente positivas". "Sentí que eso era lo que ameritaba la situación del país, que hace dos años y medio no estaba para un gran ajuste, pero tampoco podía continuar como se lo venía administrando". El jefe de Estado aseguró que se inauguraba una "etapa de pragmatismo" y destacó el "enorme esfuerzo que han hecho los argentinos en este tiempo, con lo cual se evitó una crisis similar a la de 2001".
"Hoy estamos en una posición más sólida, con el mismo problema de fondo, que es el déficit fiscal. Pero tenemos otra experiencia y estamos lejos de repetir una crisis como la que vivimos en otros años", agregó. Macri señaló que el "objetivo fundamental sigue siendo bajar la inflación", aunque "sin metas tan ambiciosas", ya que "tiene que ser algo que tenga coherencia con la reducción del déficit fiscal", al tiempo que ponderó la reciente sanción de la ley de defensa de la competencia, que dotará al Gobierno de herramientas para "estar encima de los mercados y que nadie se abuse con avivadas" en los precios.
Sin nada que ocultar
Además, ratificó la continuidad de su equipo económico, al estimar que actuó con "seriedad y profesionalismo", y evaluó que encaró "una negociación profesional y técnica" con el FMI y negó que el organismo haya hablado durante las negociaciones sobre "leyes laborales" ni "tipo de cambio". Y aclaró: "No nos va a condicionar el FMI. Ellos no se meten con nuestra legislación ni con el tipo de cambio. Acá no existen agendas ni negociaciones ocultas". Explicó que el organismo "nos va a decir en qué número nos sentimos cómodos para reducir el déficit", pero aclaró que la "responsabilidad" está ahora "en los dirigentes y en sentarnos en una mesa" para lograrlo.
Fuente: El Tribuno