El diputado Máximo Kirchner afirmó hoy que “es obvio” que el dinero que José López llevó a un convento en General Rodríguez en 2016 “no” era de la expresidenta Cristina Kirchner, como habría declarado el exsecretario de Obras Públicas ante el juez federal Claudio Bonadio.
“Es obvio que no”, señaló el hijo de la ex presidenta al ser consultado sobre si ese dinero era de su madre, al tiempo que volvió a cuestionar la marcha de la causa por presuntas coimas en obras públicas.
El diputado opositor por Santa Cruz advirtió en declaraciones a El Destape Radio que desde el Poder Judicial “se llevan puestas las libertades más básicas, consagradas hace 200 años. Hay que tener mucho cuidado y sería muy bueno que el Gobierno nacional intente gobernar de otra manera”, enfatizó además Máximo Kirchner.
Para el legislador hay “una situación de venganza personal” hacia Cristina Kirchner pero “también y fundamentalmente como un aleccionamiento a futuro para las propias dirigentes, que nadie se anime a imaginar un país distinto”.
“La figura de Cristina con el tiempo va a ser vista como una de las pocas dirigentes que realmente se animó a romper lógicas y que decidió en función de la gente”, subrayó.
Vaticinó además que “esa tensión se va a seguir produciendo” y señaló que se debe aspirar a un gobierno “incluso mejor que entre 2003 y 2015, que eso es absolutamente perfectible y mejorable: pero esto no”.
Máximo Kirchner rechazó que desde la oposición se busque que la gestión del presidente Mauricio Macri finalice antes de tiempo y se pronunció a favor de que el mandatario finalice su mandato y que “la gente pueda celebrar” los “aciertos y errores” de su administración.
Uno de los principales referentes de Unidad Ciudadana analizó que la Argentina atraviesa un momento con "una economía invivible". "Nosotros teníamos tensión en los precios porque había mucho consumo, pero esto que están haciendo ahora es cualquier cosa; están fugando miles de millones de dólares", analizó.
- Pero ustedes tuvieron inflación altísima, le repreguntaron.
-Uno hubiese deseado que fuera menor, pero fue un problema sobredimensionado. En términos económicos neoliberales, cualquier número es alto de inflación. Fue un problema sobredimensionado y ahora mal resuelto. Él (por Mauricio Macri) decía que con un chasquido de dedos se solucionaba la inflación, y ¡no! Nosotros entre la paz de los cementerios y la tensión de los precios, elegimos la tensión y la administración del Estado. De La Rua se fue con deflación. ¿Alguien se acuerda lo que era esa Argentina? Bajaban los precios, no había consumo, la gente no morfaba… Hay que administrar esas tensiones. El sobredimensionamiento que suele hacerse de algunos problemas después traen grandes dolores de cabeza.
Los números tienen que cerrar con la gente adentro, si no hasta un Dujovne puede manejar la economía. Lo difícil es lo otro. ¿Ir y firmar lo que te ponen adelante? No podemos vivir así los argentinos. Se dejó otro país y tienen que hacerse cargo.