El resultado que arrojen las urnas significará un cambio en la historia de la provincia. La culminación del tercer mandato de Juan Manuel Urtubey posibilita la llegada de un nuevo gobierno que deberá manejar las riendas de Salta durante los próximos cuatro años. A siete días de la elección definitiva, los principales candidatos  encaran los últimos días de campaña en medio de denuncias, declaraciones cruzadas y campañas de desprestigio.

Teniendo en cuenta los resultados de las PASO y los últimos hechos que mixturaron la campaña con los estrados judiciales, la disputa por la gobernación será mano a mano entre Gustavo Sáenz y Sergio “Oso” Leavy. Alfredo Olmedo, Pablo López y Elia Fernández serán espectadores de lujo.

A las campañas difamatorias que se propagaron antes de las primarias del 6 de octubre se sumaron los cruces verbales entre el candidato del Frente de Todos y el intendente capitalino. Desde las escalinatas del Juzgado Federal, Leavy habló de la “Causa Sáenz” para involucrar al jefe comunal en el caso de las facturas apócrifas de la Municipalidad y pedir celeridad a la Justicia. Sáenz negó las acusaciones y respondió con una denuncia por “calumnias e injurias”.

A pesar de haber salido victorioso el domingo pasado en la elección nacional, el senador nacional electo sabe que restarle votos al intendente de la Capital no es tarea fácil. Además, si se tienen en cuenta los resultados de todos los comicios realizados en lo que va del año el mensaje de las urnas es claro: no todos los votantes de Alberto y Cristina Fernández son votantes de Leavy.

Sáenz llega envalentonado. Hacía meses se sentía ganador y el escrutinio consolidó esa sensación personal y de sus allegados. En la ciudad que gobierna uno de cada dos electores lo eligieron y obtuvo triunfos, casi sorpresivos, en bastiones como Orán.

En estos últimos días de proselitismo, la campaña se tornó más virulenta entre los dos principales contendientes. Sus referentes en la legislatura provincial y los concejos deliberantes no hicieron más que ensanchar esa brecha con polémicas declaraciones en las sesiones de cada organismo.

El kirchnerismo salteño pecó de confiado. Muchos de sus principales referentes creyeron que el arrastre de votos que podía apórtale la fórmula presidencial sería suficiente para alzarse con la victoria. Mientras que Sáenz basó la campaña en su gestión municipal y utilizó cada momento que pudo para visitar municipios, convencer dirigentes, llevar propuestas y por qué no, entonar alguna canción de Sandro.

Los frentes también llegan de forma distinta a esta última instancia. El resultado de las PASO diezmó a parte de la dirigencia del Frente de Todos, incluso algunos referentes declinaron sus pretensiones o bien saltaron de vereda. Pero en la coalición de Sáenz, la victoria los convocó a la unidad y enarbolados en una consigna peronista entendieron que el que pierde “acompaña”

Por afuera de este panorama, Olmedo sigue apostando a los mensajes aéreos que bajan del cielo desde un avión amarillo, mientras López y Fernández observan el escenario desde la distancia.