Daniel Arroyo, ministro de Desarrollo Social de la Nación, remarca que la crisis sociosanitaria en el norte y el Chaco salteño es muy grave.

No obstante, tras reunirse ayer con comunidades originarias en Alto La Sierra, en el departamento Rivadavia, dijo en una nota con El Tribuno: "En un contexto muy crítico, la situación está empezando a estabilizarse".

El funcionario nacional volvió a Salta para escuchar los planteos de las familias aborígenes, las más afectadas por la crisis nutricional y del agua. Con el gobernador Gustavo Sáenz dialogaron con los caciques y otros integrantes de diferentes comunidades.

Arroyo atribuyó la "estabilización" a la entrega de módulos alimentarios, aunque admitió que no se avanzó de forma pareja en todos los lugares previstos. Destacó el trabajo del Ejército en la provisión de agua y el rastrillaje que se realizó para identificar a los chicos en situación de vulnerabilidad.

No es el primer año que mueren niños por desnutrición en Salta. El martes, en la reunión de gabinete ampliada en Tartagal, Sáenz manifestó que hubo un "velo de mentira" años atrás. "Tuvimos que mostrar la realidad para poder enfrentarla", expresó, enfáticamente, esa jornada.

Y esas crisis, que se repiten una y otra vez por la extrema vulnerabilidad, golpea con fuerza a las familias originarias. Ayer justamente, en Alto La Sierra, los caciques pidieron un cambio profundo: que se resuelvan los problemas estructurales. No quiere más muertes por desnutrición.

"Además de la emergencia, hay que encarar cuestiones que tienen que ver con los pozos de agua y proyectos productivos para salir adelante", afirmó el ministro Arroyo. "Ellos lo manifestaron con toda claridad", remarcó el funcionario nacional.

En el parte de prensa del Gobierno provincial también se destacó esa petición de las comunidades originarias, que arrastran el hartazgo de tener más que nada asistencialismo. "Solicitaron mejoras en lo que respecta al acceso a salud, educación y la optimización de la provisión de agua en el lugar", difundieron.

El gobernador Sáenz detalló que ya se encuentra en estudio la perforación de 30 pozos para San Martín y Rivadavia. En esos dos departamentos y en Orán, el mandatario declaró la emergencia sociosanitaria. Apenas se conocieron los primeros casos de niños muertos por desnutrición, Sáenz pidió ayuda al Gobierno nacional.

De ese modo, se adelantó la entrega de las tarjetas Alimentar, se dispuso la distribución de módulos alimentarios y el Ejército se trasladó hasta las zonas más castigadas por la falta de agua. Llevaron plantas potabilizadores y ensachetadoras para que las personas puedan consumir agua segura y dejar de tomar lo que juntan de las lluvias.

En Alto La Sierra, además de los caciques, mujeres y niños esperaron a Sáenz y Arroyo. El gobernador y el ministro recorrieron el hospital para supervisar la atención y relevar los recursos que allí se necesitan.

"Tenemos que tomar esta oportunidad para hacer un cambio estructural", enfatizó Arroyo. Luego admitió a El Tribuno que percibe que "no ha habido voluntad política para resolver este problema durante un largo tiempo".

"Esta es mi responsabilidad y para eso me eligieron. Trabajamos para revertir esta realidad que golpea a las comunidades originarias hace décadas", dijo Sáenz.

"Yo tengo un diálogo frecuente con el presidente Alberto Fernández y le informo permanentemente sobre la situación de Salta. Intercambio siempre opiniones con él", destacó Arroyo.

Al ser consultado sobre su visión de la extrema pobreza en el Chaco salteño, Arroyo respondió: "La situación de las comunidades indígenas en el país es realmente grave en términos generales. Y es de una emergencia muy significativa en la provincia de Salta".

Actualmente, el Ministerio de Desarrollo Social lleva a cabo la entrega de 40.000 módulos alimentarios en aquellas regiones de la provincia donde no puede implementarse la tarjeta Alimentar. Los fondos para un total de 160.000 módulos a repartirse en cuatro meses son parte de una inversión de 130 millones de pesos del organismo nacional.
La entrega se realiza mediante un abordaje social en cinco recorridos simultáneos en los que participan 32 agentes entre personal de Desarrollo Social de la Provincia, de Nación y enfermeros del Ministerio de Salud que chequean los estados nutricionales y generales especialmente de menores y embarazadas.
Los módulos alcanzan a grupos que responden especialmente al criterio de familias con uno o más hijos de hasta seis años, personas con discapacidad y embarazadas a partir de los tres meses de gestación. En la mayoría de los casos se entregan dos módulos por familia y se calcula que los operativos alcanzarán al menos 25.000 personas.
El operativo se trata de un refuerzo del programa Focalizados, de la secretaría de Políticas Sociales, que no se interrumpió desde el comienzo de la nueva gestión puesto que ya atendía periódicamente con módulos alimentarios y atención social a familias vulnerables de comunidades aborígenes.
Hoy, a las 9, Sáenz y Arroyo reinaugurarán un centro de primera infancia ampliado con partidas del Banco Interamericano de Desarrollo(BID).
El acto será en la manzana 402 A, lote 1, de la segunda etapa del barrio Solidaridad.