Suena lógico pensar que, ante la falta de recursos y por costumbres ancestrales, sea acertada la medida -recientemente- anunciada por el Gobierno provincial que autoriza a los pobladores del Chaco salteño a cazar y consumir iguanas coloradas (Tupinambis rufescens). Pero hay personas que no están para nada de acuerdo: los proteccionistas.
Tras conocerse el decreto publicado en el Boletín Oficial, los protectores de la fauna en la provincia "pusieron el grito en el cielo" y ya anunciaron que irán a la Justicia para dar marcha atrás con la aprobación.
La iniciativa busca "aliviar las deprimidas economías", además de permitir la caza para el consumo, como ancestralmente se ha dado en la zona.
Los cazadores/acopiadores deberán contar con un registro claro, en forma de planilla que incluya nombre del cazador, documento, paraje o comunidad, cantidad de cueros, fecha de acopio, pago efectuado y firmas de los intervinientes (cazador y comprador). De la misma forma se deberá confeccionar hojas de ruta para traslados y envíos.
Otro de los requisitos con los que deberá contar cualquier interesado en realizar esta actividad en el chaco salteño deberán estar inscriptos en el Registro de Comerciantes de Fauna Terrestre, producto y subproductos, debiendo abonar el arancel de inscripción fijado en $ 5.000 (pesos cinco mil).